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Mateo 24:42 - Biblia Reina Valera 1909

42 Velad pues, porque no sabéis á qué hora ha de venir vuestro Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

42 »¡Así que ustedes también deben estar alerta!, porque no saben qué día vendrá su Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

42 Por eso estén despiertos, porque no saben en qué día vendrá su Señor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

42 ¡Velad, pues, porque no sabéis en cuál día viene vuestro Señor!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

42 Velad, pues, porque no sabéis en qué día va a llegar vuestro Señor.

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Mateo 24:42
17 Tagairtí Cros  

Empero del día y hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino mi Padre solo.


Esto empero sabed, que si el padre de la familia supiese á cuál vela el ladrón había de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.


Por tanto, también vosotros estad apercibidos; porque el Hijo del hombre ha de venir á la hora que no pensáis.


Y mientras que ellas iban á comprar, vino el esposo; y las que estaban apercibidas, entraron con él á las bodas; y se cerró la puerta.


Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del hombre ha de venir.


Y mirad por vosotros, que vuestros corazones no sean cargados de glotonería y embriaguez, y de los cuidados de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.


Velad pues, orando en todo tiempo, que seáis tenidos por dignos de evitar todas estas cosas que han de venir, y de estar en pie delante del Hijo del hombre.


Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora nos está más cerca nuestra salud que cuando creímos.


Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.


Por tanto, no durmamos como los demás; antes velemos y seamos sobrios.


Mas el fin de todas las cosas se acerca: sed pues templados, y velad en oración.


Sed templados, y velad; porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando á quien devore:


He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus vestiduras, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.


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