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Mateo 23:8 - Biblia Reina Valera 1909

8 Mas vosotros, no queráis ser llamados Rabbí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo; y todos vosotros sois hermanos.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 »Pero ustedes, no permitan que nadie los llame “Rabí”, porque tienen un solo maestro y todos ustedes son hermanos por igual.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Lo que es ustedes, no se dejen llamar Maestro, porque no tienen más que un Maestro, y todos ustedes son hermanos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Pero vosotros no seáis llamados Rabbí, porque uno solo es vuestro Maestro,° y todos vosotros sois hermanos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Pero vosotros no permitáis que os llamen rabbí; porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.

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Mateo 23:8
34 Tagairtí Cros  

Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de la familia llamaron Beelzebub, ¿cuánto más á los de su casa?


Y estando aún él hablando, he aquí una nube de luz que los cubrió; y he aquí una voz de la nube, que dijo: Este es mi Hijo amado, en el cual tomo contentamiento: á él oíd.


Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo.


Y las salutaciones en las plazas, y ser llamados de los hombres Rabbí, Rabbí.


Entonces respondiendo Judas, que le entregaba, dijo. ¿Soy yo, Maestro? Dícele: Tú lo has dicho.


Y luego que llegó á Jesús, dijo: Salve, Maestro. Y le besó.


Y respondiendo Jesús, le dice: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dice: Maestro, que cobre la vista.


Entonces Pedro acordándose, le dice: Maestro, he aquí la higuera que maldijiste, se ha secado.


Y como vino, se acercó luego á él, y le dice: Maestro, Maestro. Y le besó.


Entonces respondiendo Pedro, dice á Jesús: Maestro, bien será que nos quedemos aquí, y hagamos tres pabellones: para ti uno, y para Moisés otro, y para Elías otro;


Mas yo he rogado por ti que tu fe no falte: y tú, una vez vuelto, confirma á tus hermanos.


Y volviéndose Jesús, y viéndolos seguir le, díceles: ¿Qué buscáis? Y ellos le dijeron: Rabbí (que declarado quiere decir Maestro) ¿dónde moras?


Respondió Natanael, y díjole: Rabbí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.


Dícenle los discípulos: Rabbí, ahora procuraban los Judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá?


Dícele Jesús: ¡María! Volviéndose ella, dícele: ¡Rabboni! que quiere decir, Maestro.


Este vino á Jesús de noche, y díjole: Rabbí, sabemos que has venido de Dios por maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no fuere Dios con él.


Y vinieron á Juan, y dijéronle: Rabbí, el que estaba contigo de la otra parte del Jordán, del cual tú diste testimonio, he aquí bautiza, y todos vienen á él.


Entre tanto los discípulos le rogaban, diciendo: Rabbí, come.


Y hallándole de la otra parte de la mar, dijéronle: Rabbí, ¿cuándo llegaste acá?


Y preguntáronle sus discípulos, diciendo: Rabbí, ¿quién pecó, éste ó sus padres, para que naciese ciego?


No que nos enseñoreemos de vuestra fe, mas somos ayudadores de vuestro gozo: porque por la fe estáis firmes.


Porque no nos predicamos á nosotros mismos, sino á Jesucristo, el Señor; y nosotros vuestros siervos por Jesús.


Del cual es nombrada toda la parentela en los cielos y en la tierra,


No ya como siervo, antes más que siervo, como hermano amado, mayormente de mí, pero cuánto más de ti, en la carne y en el Señor.


HERMANOS míos, no os hagáis muchos maestros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.


Y no como teniendo señorío sobre las heredades del Señor, sino siendo dechados de la grey.


Yo Juan, vuestro hermano, y participante en la tribulación y en el reino, y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla que es llamada Patmos, por la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.


Y yo me eché á sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira que no lo hagas: yo soy siervo contigo, y con tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús: adora á Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.


Y él me dijo: Mira que no lo hagas: porque yo soy siervo contigo, y con tus hermanos los profetas, y con los que guardan las palabras de este libro. Adora á Dios.


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