Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne

- Fógraí -





Mateo 19:21 - Biblia Reina Valera 1909

21 Dícele Jesús: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y da lo á los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Jesús le dijo: —Si deseas ser perfecto, anda, vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Jesús le dijo: 'Si quieres ser perfecto, vende todo lo que posees y reparte el dinero entre los pobres, para que tengas un tesoro en el Cielo. Después ven y sígueme.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

21 Jesús le dijo: Ya que° quieres ser perfecto, anda, vende tus posesiones y da a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos, y ven, sígueme.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Jesús le dijo: 'Si quieres ser perfecto, anda, vende todos tus bienes y dáselos a los pobres, que así tendrás un tesoro en los cielos; ven luego y sígueme'.

Féach an chaibidil Cóip




Mateo 19:21
31 Tagairtí Cros  

Y SIENDO Abram de edad de noventa y nueve años, aparecióle Jehová, y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí, y sé perfecto.


Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, perfecto fué en sus generaciones; con Dios caminó Noé.


HUBO un varón en tierra de Hus, llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, y temeroso de Dios, y apartado del mal.


Considera al íntegro, y mira al justo: Que la postrimería de cada uno de ellos es paz.


Entonces Jesús dijo á sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese á sí mismo, y tome su cruz, y sígame.


Dícele el mancebo: Todo esto guardé desde mi juventud: ¿qué más me falta?


Y oyendo el mancebo esta palabra, se fué triste, porque tenía muchas posesiones.


Y Jesús les dijo: De cierto os digo, que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando se sentará el Hijo del hombre en el trono de su gloria, vosotros también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar á las doce tribus de Israel.


Y díceles: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.


Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.


Y Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren á sus muertos.


Y pasando Jesús de allí, vió á un hombre que estaba sentado al banco de los públicos tributos, el cual se llamaba Mateo; y dícele: Sígueme. Y se levantó, y le siguió.


Entonces Jesús mirándole, amóle, y díjole: Una cosa te falta: ve, vende todo lo que tienes, y da á los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.


Y pasando, vió á Leví, hijo de Alfeo, sentado al banco de los públicos tributos, y le dice: Sígueme. Y levantándose le siguió.


Y llamando á la gente con sus discípulos, les dijo: Cualquiera que quisiere venir en pos de mí, niéguese á sí mismo, y tome su cruz, y sígame.


Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejecen, tesoro en los cielos que nunca falta; donde ladrón no llega, ni polilla corrompe.


Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncia á todas las cosas que posee, no puede ser mi discípulo.


Y yo os digo: Haceos amigos de las riquezas de maldad, para que cuando faltareis, os reciban en las moradas eternas.


Y Jesús, oído esto, le dijo: Aun te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y da á los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.


Y después de estas cosas salió, y vió á un publicano llamado Leví, sentado al banco de los públicos tributos, y le dijo: Sígueme.


El discípulo no es sobre su maestro; mas cualquiera que fuere como el maestro, será perfecto.


Y decía á todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese á sí mismo, y tome su cruz cada día, y sígame.


Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen;


Si alguno me sirve, sígame: y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.


Y vendían las posesiones, y las haciendas, y repartíanlas á todos, como cada uno había menester.


Porque de mis prisiones también os resentisteis conmigo, y el robo de vuestros bienes padecisteis con gozo, conociendo que tenéis en vosotros una mejor sustancia en los cielos, y que permanece.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí