Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne

- Fógraí -





Mateo 16:21 - Biblia Reina Valera 1909

21 Desde aquel tiempo comenzó Jesús a declarar á sus discípulos que le convenía ir á Jerusalem, y padecer mucho de los ancianos, y de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

21 A partir de entonces, Jesús empezó a decir claramente a sus discípulos que era necesario que fuera a Jerusalén, y que sufriría muchas cosas terribles a manos de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los maestros de la ley religiosa. Lo matarían, pero al tercer día resucitaría.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

21 A partir de ese día, Jesucristo comenzó a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y que las autoridades judías, los sumos sacerdotes y los maestros de la Ley lo iban a hacer sufrir mucho, que incluso debía ser muerto y que resucitaría al tercer día.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

21 Desde entonces Jesús comenzó a declarar a sus discípulos que debía° ir a Jerusalem y padecer mucho de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y ser resucitado al tercer día.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 A partir de entonces comenzó Jesucristo a declarar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén, que había de padecer mucho de parte de los ancianos, de los pontífices y de los escribas y que sería llevado a la muerte, pero que al tercer día había de resucitar.

Féach an chaibidil Cóip




Mateo 16:21
31 Tagairtí Cros  

Sallum, Amoc, Hilcías, Jedaías. Estos eran los príncipes de los sacerdotes y sus hermanos en los días de Jesuá.


Porque como estuvo Jonás en el vientre de la ballena tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.


Y Pedro, tomándolo aparte, comenzó á reprenderle, diciendo: Señor, ten compasión de ti: en ninguna manera esto te acontezca.


De cierto os digo: hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del hombre viniendo en su reino.


Mas os digo, que ya vino Elías, y no le conocieron; antes hicieron en él todo lo que quisieron: así también el Hijo del hombre padecerá de ellos.


Y como descendieron del monte, les mandó Jesús, diciendo: No digáis á nadie la visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de los muertos.


Como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.


Sabéis que dentro de dos días se hace la pascua, y el Hijo del hombre es entregado para ser crucificado.


Y hablando aún él, he aquí Judas, uno de los doce, vino, y con él mucha gente con espadas y con palos, de parte de los príncipes de los sacerdotes, y de los ancianos del pueblo.


Y siendo acusado por los príncipes de los sacerdotes, y por los ancianos, nada respondió.


Diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré.


No está aquí; porque ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fué puesto el Señor.


Y comenzó á enseñarles, que convenía que el Hijo del hombre padeciese mucho, y ser reprobado de los ancianos, y de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días.


Y respondiendo él, les dijo: Elías á la verdad, viniendo antes, restituirá todas las cosas: y como está escrito del Hijo del hombre, que padezca mucho y sea tenido en nada.


Mas primero es necesario que padezca mucho, y sea reprobado de esta generación.


Y díjoles: Así está escrito, y así fué necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;


Que aparecieron en majestad, y hablaban de su salida, la cual había de cumplir en Jerusalem.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí