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Levítico 8:35 - Biblia Reina Valera 1909

35 A la puerta, pues, del tabernáculo del testimonio estaréis día y noche por siete días, y guardaréis la ordenanza delante de Jehová, para que no muráis; porque así me ha sido mandado.

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Biblia Reina Valera 1960

35 A la puerta, pues, del tabernáculo de reunión estaréis día y noche por siete días, y guardaréis la ordenanza delante de Jehová, para que no muráis; porque así me ha sido mandado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 Ahora permanezcan a la entrada del tabernáculo día y noche durante siete días y hagan todo lo que el Señor exige. Si no lo hacen, morirán, porque esto es lo que el Señor ha ordenado».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 Ustedes quedarán día y noche a la entrada de la Tienda de las Citas durante siete días. Ustedes deberán observar estas normas no sea que mueran, pues él mismo lo ordenó así.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 En la entrada de la Tienda de Reunión permaneceréis día y noche por siete días, vigilando la ordenanza de YHVH para que no muráis, pues así me fue ordenado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 Permaneceréis siete días, día y noche, a la entrada de la tienda del encuentro, y guardaréis lo que ha mandado Yahveh, para que no muráis, porque así me ha sido ordenado'.

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Levítico 8:35
24 Tagairtí Cros  

Guarda la ordenanza de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, y sus derechos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que seas dichoso en todo lo que hicieres, y en todo aquello á que te tornares;


Así pues harás á Aarón y á sus hijos, conforme á todas las cosas que yo te he mandado: por siete días los consagrarás.


Por siete días sacrificarán un macho cabrío cada día en expiación; asimismo sacrificarán el becerro de la vacada y un carnero sin tacha del rebaño.


Los sacerdotes santificados de los hijos de Sadoc, que guardaron mi observancia, que no erraron cuando erraron los hijos de Israel, como erraron los Levitas.


Y LOS hijos de Aarón, Nadab y Abiú, tomaron cada uno su incensario, y pusieron fuego en ellos, sobre el cual pusieron perfume, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó.


Y el que se purifica lavará sus vestidos, y raerá todos sus pelos, y se ha de lavar con agua, y será limpio: y después entrará en el real, y morará fuera de su tienda siete días.


Luego tomó Moisés del aceite de la unción, y de la sangre que estaba sobre el altar, y roció sobre Aarón, y sobre sus vestiduras, sobre sus hijos, y sobre las vestiduras de sus hijos con él; y santificó á Aarón, y sus vestiduras, y á sus hijos, y las vestiduras de sus hijos con él.


De la manera que hoy se ha hecho, mandó hacer Jehová para expiaros.


Y Aarón y sus hijos hicieron todas las cosas que mandó Jehová por medio de Moisés.


Este se purificará al tercer día con aquesta agua, y al séptimo día será limpio; y si al tercer día no se purificare, no será limpio al séptimo día.


Y desempeñen su cargo, y el cargo de toda la congregación delante del tabernáculo del testimonio, para servir en el ministerio del tabernáculo;


Y cuando la nube se detenía sobre el tabernáculo muchos días, entonces los hijos de Israel guardaban la ordenanza de Jehová y no partían.


ASÍ que, amados, pues tenemos tales promesas, limpiémonos de toda inmundicia de carne y de espíritu, perfeccionando la santificación en temor de Dios.


AMARÁS pues á Jehová tu Dios, y guardarás su ordenanza, y sus estatutos y sus derechos y sus mandamientos, todos los días.


Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que, conforme á las profecías pasadas de ti, milites por ellas buena milicia;


Te requiero delante de Dios y del Señor Jesucristo, y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin perjuicio de nadie, que nada hagas inclinándote á la una parte.


Te mando delante de Dios, que da vida á todas las cosas, y de Jesucristo, que testificó la buena profesión delante de Poncio Pilato,


A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia de que gocemos:


Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas de vanas cosas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia:


REQUIERO yo pues delante de Dios, y del Señor Jesucristo, que ha de juzgar á los vivos y los muertos en su manifestación y en su reino.


Porque la ley constituye sacerdotes á hombres flacos; mas la palabra del juramento, después de la ley, constituye al Hijo, hecho perfecto para siempre.


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