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Levítico 16:17 - Biblia Reina Valera 1909

17 Y ningún hombre estará en el tabernáculo del testimonio cuando él entrare á hacer la reconciliación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la reconciliación por sí, y por su casa, y por toda la congregación de Israel.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 A nadie más se le permitirá estar dentro del tabernáculo cuando Aarón entre para la ceremonia de purificación en el Lugar Santísimo. Nadie podrá entrar hasta que él salga, después de haberse purificado a sí mismo, a su familia y a toda la congregación de Israel, haciéndolos justos ante el Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 No habrá nadie en la Tienda de las Citas cuando Aarón entre en el Santuario para hacer la expiación, hasta que salga. Después de hacer la expiación por sí, por los de su familia y por toda la comunidad de Israel,

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Nadie podrá permanecer en la Tienda de Reunión desde que él entre en el Santuario para hacer expiación hasta que salga y haya hecho expiación por sí mismo, por su casa, y por toda la congregación de Israel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 No habrá nadie en la tienda del encuentro desde que él entre en el santuario para hacer la expiación hasta que salga después de haber hecho la expiación por sí mismo, por su casa y por toda la asamblea de Israel.

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Levítico 16:17
14 Tagairtí Cros  

Hijo de Elcana, hijo de Jeroham, hijo de Eliel, hijo de Thoa;


Y no suba hombre contigo, ni parezca alguno en todo el monte; ni ovejas ni bueyes pazcan delante del monte.


Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino: mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.


Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para acabar la prevaricación, y concluir el pecado, y expiar la iniquidad; y para traer la justicia de los siglos, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.


Y limpiará el santuario, de las inmundicias de los hijos de Israel, y de sus rebeliones, y de todos sus pecados: de la misma manera hará también al tabernáculo del testimonio, el cual reside entre ellos en medio de sus inmundicias.


Y saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo expiará; y tomará de la sangre del becerro, y de la sangre del macho cabrío, y pondrá sobre los cuernos del altar alrededor.


Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando á la hora del incienso.


Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado á los hombres, en que podamos ser salvos.


Porque hay un Dios, asimismo un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre;


El cual siendo el resplandor de su gloria, y la misma imagen de su sustancia, y sustentando todas las cosas con la palabra de su potencia, habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó á la diestra de la Majestad en las alturas,


Mas en el segundo, sólo el pontífice una vez en el año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo, y por los pecados de ignorancia del pueblo:


El cual mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros siendo muertos á los pecados, vivamos á la justicia: por la herida del cual habéis sido sanados.


Porque también Cristo padeció una vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos á Dios, siendo á la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;


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