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Levítico 14:43 - Biblia Reina Valera 1909

43 Y si la plaga volviere á reverdecer en aquella casa, después que hizo arrancar las piedras, y descostrar la casa, y después que fué encostrada,

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Biblia Reina Valera 1960

43 Y si la plaga volviere a brotar en aquella casa, después que hizo arrancar las piedras y raspar la casa, y después que fue recubierta,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

43 »Sin embargo, si el moho vuelve a aparecer después de que todas las piedras hayan sido reemplazadas y las paredes hayan sido raspadas y recubiertas con yeso,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

43 Si la mancha vuelve a extenderse por la casa después de haber arrancado las piedras y de haberlas raspado y revocado,

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La Biblia Textual 3a Edicion

43 Pero si, después de haber arrancado las piedras y raspado y revocado la casa, la infección irrumpe otra vez en la casa,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

43 Si la mancha reaparece y se propaga en la casa después de quitadas las piedras y de haberla raspado y encalado de nuevo,

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Levítico 14:43
9 Tagairtí Cros  

En tu suciedad perversa padecerás: porque te limpié, y tú no te limpiaste de tu suciedad: nunca más te limpiarás, hasta que yo haga reposar mi ira sobre ti.


Y tomarán otras piedras, y las pondrán en lugar de las piedras quitadas; y tomarán otro barro, y encostrarán la casa.


Entonces el sacerdote entrará y mirará; y si pareciere haberse extendido la plaga en la casa, lepra roedora está en la casa: inmunda es.


Mas si entrare el sacerdote y mirare, y viere que la plaga no se ha extendido en la casa después que fué encostrada, el sacerdote dará la casa por limpia, porque la plaga ha sanado.


Ciertamente, si habiéndose ellos apartado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, y otra vez envolviéndose en ellas, son vencidos, sus postrimerías les son hechas peores que los principios.


Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro se volvió á su vómito, y la puerca lavada á revolcarse en el cieno.


Estos son manchas en vuestros convites, que banquetean juntamente, apacentándose á sí mismos sin temor alguno: nubes sin agua, las cuales son llevadas de acá para allá de los vientos: árboles marchitos como en otoño, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados;


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