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Jueces 12:6 - Biblia Reina Valera 1909

6 Entonces le decían: Ahora pues, di, Shiboleth. Y él decía, Siboleth; porque no podía pronunciar de aquella suerte. Entonces le echaban mano, y le degollaban junto á los vados del Jordán. Y murieron entonces de los de Ephraim cuarenta y dos mil.

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Biblia Reina Valera 1960

6 entonces le decían: Ahora, pues, di Shibolet. Y él decía Sibolet; porque no podía pronunciarlo correctamente. Entonces le echaban mano, y le degollaban junto a los vados del Jordán. Y murieron entonces de los de Efraín cuarenta y dos mil.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 ellos le pedían que pronunciara la palabra «shibolet». Si era de Efraín, diría «sibolet», porque a la gente de Efraín le cuesta pronunciar bien esa palabra. Entonces se lo llevaban y lo mataban en los vados del Jordán. En total mataron a cuarenta y dos mil de la tribu de Efraín en esos días.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 entonces le decían: '¡Di Chibolet!' y si pronunciaba 'Sibolet' (porque no podían pronunciar correctamente) lo tomaban y lo degollaban en el vado del Jordán. Cuarenta y dos mil hombres de Efraín fueron muertos ese día.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 entonces le decían: Di ahora, Shibolet;° y él decía Sibolet,° porque no acertaba a pronunciarlo correctamente; entonces lo sujetaban y lo degollaban junto a los vados del Jordán. Y en aquel entonces cayeron cuarenta y dos mil de los de Efraín.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 los galaaditas le replicaban: 'Di 'shibbólet''; pero él pronunciaba 'sibbólet', porque no acertaba con la pronunciación correcta. Entonces los de Galaad lo prendían y lo degollaban junto a los vados del Jordán. Cayeron así en aquella ocasión cuarenta y dos mil hombres de Efraín.

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Jueces 12:6
12 Tagairtí Cros  

No me anegue el ímpetu de las aguas, Ni me suerba la hondura, Ni el pozo cierre sobre mí su boca.


Estoy hundido en cieno profundo, donde no hay pie: He venido á abismos de aguas, y la corriente me ha anegado.


El que comienza la pendencia es como quien suelta las aguas: Deja pues la porfía, antes que se enmarañe.


El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte: Y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar.


Las palabras de la boca del sabio son gracia; mas los labios del necio causan su propia ruina.


Y acontecerá en aquel día, que herirá Jehová desde el álveo del río hasta el torrente de Egipto, y vosotros, hijos de Israel, seréis reunidos uno á uno.


Y Jesús, como sabía los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es desolado; y toda ciudad ó casa dividida contra sí misma, no permanecerá.


Y un poco después llegaron los que estaban por allí, y dijeron á Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu habla te hace manifiesto.


Mas él negó otra vez. Y poco después, los que estaban allí dijeron otra vez á Pedro: Verdaderamente tú eres de ellos; porque eres Galileo, y tu habla es semejante.


Y si os mordéis y os coméis los unos á los otros, mirad que también no os consumáis los unos á los otros.


Y los Galaaditas tomaron los vados del Jordán á Ephraim; y era que, cuando alguno de los de Ephraim que había huído, decía, ¿pasaré? los de Galaad le preguntaban: ¿Eres tú Ephrateo? Si él respondía, No;


Y Jephté juzgó á Israel seis años: luego murió Jephté Galaadita, y fué sepultado en una de las ciudades de Galaad.


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