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Juan 7:26 - Biblia Reina Valera 1909

26 Y he aquí, habla públicamente, y no le dicen nada; ¿si habrán entendido verdaderamente los príncipes, que éste es el Cristo?

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Biblia Reina Valera 1960

26 Pues mirad, habla públicamente, y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido en verdad los gobernantes que este es el Cristo?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 Sin embargo, está aquí hablando en público, y nadie le dice nada. ¿Será que nuestros líderes ahora creen que es el Mesías?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Pues ahí lo tienen hablando con toda libertad y no le dicen nada. ¿Será tal vez que nuestros dirigentes han reconocido que él es el Mesías?

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Mirad, habla con libertad, y nada le dicen. ¿Será posible° que los gobernantes hayan reconocido que éste es el Ungido?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Pues ahí está hablando con toda libertad, y nadie le dice nada. ¿Habrán reconocido realmente las autoridades que éste es el Cristo?

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Juan 7:26
21 Tagairtí Cros  

HUYE el impío sin que nadie lo persiga: Mas el justo está confiado como un leoncillo.


No se cansará, ni desmayará, hasta que ponga en la tierra juicio; y las islas esperarán su ley.


Y envían á él los discípulos de ellos, con los Herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amador de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te curas de nadie, porque no tienes acepción de persona de hombres.


Entonces Pilato, convocando los príncipes de los sacerdotes, y los magistrados, y el pueblo,


Mas los Fariseos y los sabios de la ley, desecharon el consejo de Dios contra sí mismos, no siendo bautizados de él.


Con todo eso, aun de los príncipes, muchos creyeron en él; mas por causa de los Fariseos no lo confesaban, por no ser echados de la sinagoga.


Jesús le respondió: Yo manifiestamente he hablado al mundo: yo siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se juntan todos los Judíos, y nada he hablado en oculto.


Y HABÍA un hombre de los Fariseos que se llamaba Nicodemo, príncipe de los Judíos.


Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho: ¿si quizás es éste el Cristo?


Decían entonces unos de los de Jerusalem: ¿No es éste al que buscan para matarlo?


Y muchos del pueblo creyeron en él, y decían: El Cristo, cuando viniere, ¿hará más señales que las que éste hace?


¿Ha creído en él alguno de los príncipes, ó de los Fariseos?


Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los Judíos: porque ya los Judíos habían resuelto que si alguno confesase ser él el Mesías, xuese fuera de la sinagoga.


Entonces viendo la constancia de Pedro y de Juan, sabido que eran hombres sin letras é ignorantes, se maravillaban; y les conocían que habían estado con Jesús.


Y muchos de los hermanos en el Señor, tomando ánimo con mis prisiones, se atreven mucho más á hablar la palabra sin temor.


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