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Juan 3:5 - Biblia Reina Valera 1909

5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Jesús le contestó: —Te digo la verdad, nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace de agua y del Espíritu.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Jesús le contestó: 'En verdad te digo: El que no renace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo: El que no nazca de agua° y Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Jesús respondió: 'De verdad te aseguro: quien no nace de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.

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Juan 3:5
35 Tagairtí Cros  

Y dijo: De cierto os digo, que si no os volviereis, y fuereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.


Mas os digo, que más liviano trabajo es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.


¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dicen ellos: El primero. Díceles Jesús: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras os van delante al reino de Dios.


Por tanto, id, y doctrinad á todos los Gentiles, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo:


Yo á la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; mas el que viene tras mí, más poderoso es que yo; los zapatos del cual yo no soy digno de llevar; él os bautizará en Espíritu Santo y en fuego


Porque os digo, que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y de los Fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.


Y viéndolo Jesús, se enojó, y les dijo: Dejad los niños venir, y no se lo estorbéis; porque de los tales es el reino de Dios.


El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.


Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo: mejor te es entrar al reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado á la Gehenna;


Porfiad a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.


No, os digo; antes si no os arrepintiereis, todos pereceréis igualmente.


No, os digo; antes si no os arrepintiereis, todos pereceréis asimismo.


Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, mas de Dios.


Respondió Jesús, y díjole: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios.


Dícele Nicodemo: ¿Cómo puede el hombre nacer siendo viejo? ¿puede entrar otra vez en el vientre de su madre, y nacer?


Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.


Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues que vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor,


Que el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo por el Espíritu Santo.


Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.


Esto empero digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni la corrupción hereda la incorrupción.


Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado;


Y esto erais algunos: mas ya sois lavados, mas ya sois santificados, mas ya sois justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.


Porque en Cristo Jesús, ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino la nueva criatura.


Para santificarla limpiándola en el lavacro del agua por la palabra,


Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sea multiplicada.


A la figura de la cual el bautismo que ahora corresponde nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como demanda de una buena conciencia delante de Dios,) por la resurrección de Jesucristo:


Si sabéis que él es justo, sabed también que cualquiera que hace justicia, es nacido de él.


TODO aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios: y cualquiera que ama al que ha engendrado, ama también al que es nacido de él.


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