Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne

- Fógraí -





Juan 10:18 - Biblia Reina Valera 1909

18 Nadie me la quita, mas yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla á tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Nadie puede quitarme la vida sino que yo la entrego voluntariamente en sacrificio. Pues tengo la autoridad para entregarla cuando quiera y también para volver a tomarla. Esto es lo que ordenó mi Padre».

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Nadie me la quita, sino que yo mismo la entrego. En mis manos está el entregarla y el recobrarla: éste es el mandato que recibí de mi Padre.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

18 Nadie me la quita, sino que Yo la pongo de mí mismo.° Tengo autoridad para ponerla y tengo autoridad para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Nadie me la quita, sino que yo por mí mismo la doy; tengo poder para darla y tengo poder para recobrarla. Éste es el mandato que he recibido de mi Padre.'

Féach an chaibidil Cóip




Juan 10:18
23 Tagairtí Cros  

Yo soy el buen pastor: el buen pastor su vida da por las ovejas.


Como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.


Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla á tomar.


Empero para que conozca el mundo que amo al Padre, y como el Padre me dió el mandamiento, así hago. Levantaos, vamos de aquí,


Si guardareis mis mandamientos, estaréis en mi amor; como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre, y estoy en su amor.


Respondió Jesús: Ninguna potestad tendrías contra mí, si no te fuese dado de arriba: por tanto, el que á ti me ha entregado, mayor pecado tiene.


Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así dió también al Hijo que tuviese vida en sí mismo:


No puedo yo de mí mismo hacer nada: como oigo, juzgo: y mi juicio es justo; porque no busco mi voluntad, mas la voluntad del que me envió, del Padre.


Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, mas la voluntad del que me envió.


Al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible ser detenido de ella.


A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.


Y matasteis al Autor de la vida, al cual Dios ha resucitado de los muertos; de lo que nosotros somos testigos.


Que se dió á sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y limpiar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.


Empero vemos coronado de gloria y de honra, por el padecimiento de muerte, á aquel Jesús que es hecho un poco menor que los ángeles, para que por gracia de Dios gustase la muerte por todos.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí