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Jonás 2:2 - Biblia Reina Valera 1909

2 Y oró Jonás desde el vientre del pez á Jehová su Dios,

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Biblia Reina Valera 1960

2 y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; Desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 y dijo: «En mi gran aflicción clamé al Señor y él me respondió. Desde la tierra de los muertos te llamé, ¡y tú, Señor, me escuchaste!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Entonces Jonás dirigió esta oración a Yavé, su Dios, desde el vientre del pez:

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 y dijo: En mi angustia invoqué a YHVH, Y Él me respondió; Del vientre del Seol pedí socorro, Y Tú escuchaste mi voz.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Jonás oró a Yahveh, su Dios, desde el vientre del pez,

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Jonás 2:2
26 Tagairtí Cros  

Y habiendo á él orado, fué atendido; pues que oyó su oración, y volviólo á Jerusalem, á su reino. Entonces conoció Manasés que Jehová era Dios.


Rodeáronme los dolores de la muerte, Me encontraron las angustias del sepulcro: Angustia y dolor había yo hallado.


A JEHOVÁ llamé estando en angustia, Y él me respondió.


Porque no dejarás mi alma en el sepulcro; Ni permitirás que tu santo vea corrupción.


Porque no menospreció ni abominó la aflicción del pobre, Ni de él escondió su rostro; Sino que cuando clamó á él, oyóle.


Este pobre clamó, y oyóle Jehová, Y librólo de todas sus angustias.


RESPÓNDEME cuando clamo, oh Dios de mi justicia: Estando en angustia, tú me hiciste ensanchar: Ten misericordia de mí, y oye mi oración.


Desde el cabo de la tierra clamaré á ti, cuando mi corazón desmayare: A la peña más alta que yo me conduzcas.


Tú oyes la oración: A ti vendrá toda carne.


Porque tu misericordia es grande para conmigo; Y has librado mi alma del hoyo profundo.


El infierno abajo se espantó de ti; te despertó muertos que en tu venida saliesen á recibirte, hizo levantar de sus sillas á todos los príncipes de la tierra, á todos los reyes de las naciones.


Invoqué tu nombre, oh Jehová, desde la cárcel profunda.


Y te haré descender con los que descienden al sepulcro, con el pueblo del siglo: y te pondré en lo más bajo de la tierra, como los desiertos antiguos, con los que descienden al sepulcro, para que nunca más seas poblada; y yo daré gloria en la tierra de los vivientes.


Para que no se eleven en su altura los árboles todos de las aguas, ni levanten su cumbre entre las espesuras, ni en sus ramas se paren por su altura todos los que beben aguas: porque todos serán entregados á muerte, a la tierra baja, en medio de los hijos de los hombres, con los que descienden á la huesa.


Porque como estuvo Jonás en el vientre de la ballena tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.


Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se abre.


Y estando en agonía, oraba más intensamente: y fué su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.


Que no dejarás mi alma en el infierno, Ni darás á tu Santo que vea corrupción.


El cual en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fué oído por su reverencial miedo.


No tengas á tu sierva por una mujer impía: porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora.


Y David fué muy angustiado, porque el pueblo hablaba de apedrearlo; porque todo el pueblo estaba con ánimo amargo, cada uno por sus hijos y por sus hijas: mas David se esforzó en Jehová su Dios.


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