Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne

- Fógraí -





Jeremías 7:26 - Biblia Reina Valera 1909

26 Mas no me oyeron ni inclinaron su oído; antes endurecieron su cerviz, é hicieron peor que sus padres.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

26 pero no me oyeron ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

26 pero mi pueblo no me ha escuchado, ni siquiera ha tratado de oírme. Han sido tercos y pecadores, aún peores que sus antepasados.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Pero tampoco ustedes me oyeron ni me hicieron caso, y, endureciendo su cabeza, se portaron peor que ellos.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

26 Pero no me escucharon ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz y fueron peores que sus padres.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 pero no me han escuchado ni aplicado su oído, sino que han endurecido su cerviz y se han portado peor que sus padres.

Féach an chaibidil Cóip




Jeremías 7:26
44 Tagairtí Cros  

Y Judá hizo lo malo en los ojos de Jehová, y enojáronle más que todo lo que sus padres habían hecho en sus pecados que cometieron.


Antes hiciste lo malo sobre todos los que han sido antes de ti: que fuiste y te hiciste dioses ajenos y de fundición para enojarme, y a mí me echaste tras tus espaldas:


Mas ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en Jehová su Dios.


Y desecharon sus estatutos, y su pacto que él había concertado con sus padres, y sus testimonios que él había protestado contra ellos; y siguieron la vanidad, y se hicieron vanos, y fueron en pos de las gentes que estaban alrededor de ellos, de las cuales les había Jehová mandado que no hiciesen á la manera de ellas:


No endurezcáis pues ahora vuestra cerviz como vuestros padres: dad la mano á Jehová, y venid á su santuario, el cual él ha santificado para siempre; y servid á Jehová vuestro Dios, y la ira de su furor se apartará de vosotros.


Y habló Jehová á Manasés y á su pueblo, mas ellos no escucharon: por lo cual Jehová trajo contra ellos los generales del ejército del rey de los Asirios, los cuales aprisionaron con grillos á Manasés, y atado con cadenas lleváronlo á Babilonia.


Y conspiraron contra él sus siervos, y matáronlo en su casa.


Y protestásteles que se volviesen á tu ley; mas ellos hicieron soberbiamente, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá; y dieron hombro renitente, y endurecieron su cerviz, y no escucharon.


EL hombre que reprendido endurece la cerviz, De repente será quebrantado; ni habrá para él medicina.


Porque conozco que eres duro, y nervio de hierro tu cerviz, y tu frente de metal,


¿Qué más se había de hacer á mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que llevase uvas, ha llevado uvas silvestres?


Mas no oyeron, ni inclinaron su oído, antes se fueron cada uno tras la imaginación de su corazón malvado: por tanto, traeré sobre ellos todas las palabras de este pacto, el cual mandé que cumpliesen, y no lo cumplieron.


Y vosotros habéis hecho peor que vuestros padres; porque he aquí que vosotros camináis cada uno tras la imaginación de su malvado corazón, no oyéndome á mí.


Mas ellos no oyeron, ni inclinaron su oído, antes endurecieron su cerviz, por no oir, ni recibir corrección.


Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí yo traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus villas todo el mal que hablé contra ella: porque han endurecido su cerviz, para no oir mis palabras.


Hete hablado en tus prosperidades; mas dijiste: No oiré. Este fué tu camino desde tu juventud, que nunca oiste mi voz.


Desde el año trece de Josías hijo de Amón, rey de Judá, hasta este día, que son veintitrés años, fué á mí palabra de Jehová, y os he hablado, madrugando y dando aviso; mas no oisteis.


Empero no me habéis oído, dice Jehová, para provocarme á ira con la obra de vuestras manos para mal vuestro.


Para atender á las palabras de mis siervos los profetas que yo os envío, madrugando en enviarlos, á los cuales no habéis oído;


Porque no oyeron mis palabras, dice Jehová, que les envié por mis siervos los profetas, madrugando en enviarlos; y no habéis escuchado, dice Jehová.


Conoce empero tu maldad, porque contra Jehová tu Dios has prevaricado, y tus caminos has derramado á los extraños debajo de todo árbol umbroso, y no oiste mi voz, dice Jehová.


Y entraron, y poseyéronla: mas no oyeron tu voz, ni anduvieron en tu ley; nada hicieron de lo que les mandaste hacer; por tanto has hecho venir sobre ellos todo este mal.


Al cabo de siete años dejaréis cada uno á su hermano hebreo que te fuere vendido; te servirá pues seis años, y lo enviarás libre de ti: mas vuestros padres no me oyeron, ni inclinaron su oído.


Y envié á vosotros á todos mis siervos los profetas, madrugando y enviándolos á decir: Tornaos ahora cada uno de su mal camino, y enmendad vuestras obras, y no vayáis tras dioses ajenos para servirles, y viviréis en la tierra que dí á vosotros y á vuestros padres: mas no inclinasteis vuestro oído, ni me oísteis.


Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí traeré yo sobre Judá y sobre todos los moradores de Jerusalem todo el mal que contra ellos he hablado: porque les hablé, y no oyeron; llamélos, y no han respondido.


La palabra que nos has hablado en nombre de Jehová, no oímos de ti:


Oh Jehová, ¿no miran tus ojos á la verdad? Azotástelos, y no les dolió; consumístelos, y no quisieron recibir corrección; endurecieron sus rostros más que la piedra, no quisieron tornarse.


¿A quién tengo de hablar y amonestar, para que oigan? He aquí que sus orejas son incircuncisas, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la aman.


Desperté también sobre vosotros atalayas, que dijesen: Escuchad á la voz de la trompeta. Y dijeron ellos: No escucharemos.


Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante,


Y dijo Jehová: Porque dejaron mi ley, la cual dí delante de ellos, y no obedecieron á mi voz, ni caminaron conforme á ella;


Hijo del hombre, tú habitas en medio de casa rebelde, los cuales tienen ojos para ver, y no ven, tienen oídos para oir, y no oyen; porque son casa rebelde.


Por tanto tú, hijo del hombre, hazte aparejos de marcha, y pártete de día delante de sus ojos; y te pasarás de tu lugar á otro lugar á vista de ellos, por si tal vez atienden, porque son casa rebelde.


Di, pues, á la casa de Israel: Así ha dicho el Señor Jehová: ¿No os contamináis vosotros á la manera de vuestros padres, y fornicáis tras sus abominaciones?


No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron á nuestros reyes, y á nuestros príncipes, á nuestros padres, y á todo el pueblo de la tierra.


Entre tanto, está mi pueblo adherido á la rebelión contra mí: aunque lo llaman al Altísimo, ninguno absolutamente quiere ensalzar le.


Empero no quisieron escuchar, antes dieron hombro rebelado, y agravaron sus oídos para no oir:


Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Tornaos á mí, y yo me tornaré á vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de tornar?


Mas los labradores, viendo al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y tomemos su heredad.


¡Vosotros también henchid la medida de vuestros padres!


Duros de cerviz, é incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo: como vuestros padres, así también vosotros.


Mas por tu dureza, y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la manifestación del justo juicio de Dios;


Como las gentes que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis; por cuanto no habréis atendido á la voz de Jehová vuestro Dios.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí