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Jeremías 6:8 - Biblia Reina Valera 1909

8 Corrígete, Jerusalem, porque no se aparte mi alma de ti, porque no te torne desierta, tierra no habitada.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Corrígete, Jerusalén, para que no se aparte mi alma de ti, para que no te convierta en desierto, en tierra inhabitada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Oye esta advertencia, Jerusalén, o me alejaré de ti indignado. Escucha, o te convertiré en un montón de escombros, una tierra donde no vive nadie».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Hazme caso, Jerusalén, si no quieres que me aleje de ti y te conviertas en un desierto, en una tierra deshabitada.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 ¡Corrígete, oh Jerusalem, No sea que mi alma se aparte de ti, No sea que te haga una asolación en tierra no habitada!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Escarmienta, Jerusalén: si no, mi alma se apartará de ti, si no, te dejaré hecha un desierto, una tierra no habitada.

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Jeremías 6:8
23 Tagairtí Cros  

Y ahora, reyes, entended: Admitid corrección, jueces de la tierra.


Pues que tú aborreces el castigo, Y echas á tu espalda mis palabras?


Bienaventurado el hombre á quien tú, JAH, castigares, Y en tu ley lo instruyeres;


Escucha el consejo, y recibe la corrección, Para que seas sabio en tu vejez.


Ten el consejo, no lo dejes; Guárdalo, porque eso es tu vida.


Mas ellos no oyeron, ni inclinaron su oído, antes endurecieron su cerviz, por no oir, ni recibir corrección.


Los cachorros de los leones bramaron sobre él, dieron su voz; y pusieron su tierra en soledad; quemadas están sus ciudades, sin morador.


Porque después que me convertí, tuve arrepentimiento, y después que me conocí, herí el muslo: avergoncéme, y confundíme, porque llevé la afrenta de mis mocedades.


Y volviéronme la cerviz, y no el rostro: y cuando los enseñaba, madrugando y enseñando, no escucharon para recibir corrección:


Lava de la malicia tu corazón, oh Jerusalem, para que seas salva. ¿Hasta cuándo dejarás estar en medio de ti los pensamientos de iniquidad?


Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: He aquí que mi furor y mi ira se derrama sobre este lugar, sobre los hombres, sobre los animales, sobre los árboles del campo, y sobre los frutos de la tierra; y encenderáse, y no se apagará.


Les dirás por tanto: Esta es la gente que no escuchó la voz de Jehová su Dios, ni tomó corrección; perdióse la fe, y de la boca de ellos fué cortada.


Y haré cesar de las ciudades de Judá, y de la calles de Jerusalem, voz de gozo y voz de alegría, voz de esposo y voz de esposa; porque la tierra será en desolación.


Y pondré á Jerusalem en montones, por morada de culebras; y pondré las ciudades de Judá en asolamiento, que no quede morador.


Así hizo patentes sus fornicaciones, y descubrió sus vergüenzas: por lo cual mi alma se hartó de ella, como se había ya hartado mi alma de su hermana.


Porque su madre fornicó; la que los engendró fué avergonzada; porque dijo: Iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida.


Y si llegaren á grandes sus hijos, quitarélos de entre los hombre, porque ¡ay de ellos también, cuando de ellos me apartare!


Entonces la tierra holgará sus sábados todos los días que estuviere asolada, y vosotros en la tierra de vuestros enemigos: la tierra descansará entonces y gozará sus sábados.


Dije: Ciertamente me temerás, recibirás corrección; y no será su habitación derruída por todo aquello sobre que los visité. Mas ellos se levantaron de mañana y corrompieron todas sus obras.


¡Ojalá fueran sabios, que comprendieran esto, Y entendieran su postrimería!


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