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Jeremías 47:2 - Biblia Reina Valera 1909

2 Así ha dicho Jehová: He aquí que suben aguas del aquilón, y tornaranse en torrente, é inundarán la tierra y su plenitud, ciudades y moradores de ellas; y los hombres clamarán, y aullará todo morador de la tierra.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Así ha dicho Jehová: He aquí que suben aguas del norte, y se harán torrente; inundarán la tierra y su plenitud, la ciudad y los moradores de ella; y los hombres clamarán, y lamentará todo morador de la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Esto dice el Señor: «Del norte viene un diluvio que inundará la tierra. Destruirá la tierra y todo lo que hay en ella, tanto las ciudades como sus habitantes. La gente gritará de terror, y todos en la tierra gemirán.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Así dijo Yavé: Desde el norte llegan aguas desbordadas: es un río caudaloso, que inunda el país y cuanto él contiene, las ciudades y sus habitantes. Por todas partes se escuchan gritos, y los habitantes del país se lamentan.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Así dice YHVH: He aquí, aguas que se alzan del norte, Ya son un torrente inundador, Que inunda la tierra y su plenitud, Las ciudades y los que en ellas habitan: Claman los hombres, Se lamenta todo morador de la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Así dice Yahveh: 'Mirad: crecen aguas del norte y se convierten en torrente desbordante. Inundan el país y lo que contiene, las ciudades y sus habitantes. Gritan los hombres, y ululan todos los habitantes del país

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Jeremías 47:2
32 Tagairtí Cros  

DE Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan.


Si yo tuviese hambre, no te lo diría á ti: Porque mío es el mundo y su plenitud.


Alégrense los cielos, y gócese la tierra: Brame la mar y su plenitud.


Brame la mar y su plenitud; El mundo y los que en él habitan;


Aulla, oh puerta; clama, oh ciudad; disuelta estás toda tú, Filistea: porque humo vendrá de aquilón, no quedará uno solo en sus asambleas.


Porque el llanto rodeó los términos de Moab; hasta Eglaim llegó su alarido, y hasta Beer-elim su clamor.


CARGA del valle de la visión. ¿Qué tienes ahora, que toda tú te has subido sobre los terrados?


Y ajustaré el juicio á cordel, y á nivel la justicia; y granizo barrerá la acogida de la mentira, y aguas arrollarán el escondrijo.


Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol su gloria: porque vendrá el enemigo como río, mas el espíritu de Jehová levantará bandera contra él.


Y díjome Jehová: Del aquilón se soltará el mal sobre todos los moradores de la tierra.


Las gentes oyeron tu afrenta, y tu clamor hinchió la tierra: porque fuerte se encontró con fuerte, y cayeron ambos juntos.


Palabra que habló Jehová á Jeremías profeta acerca de la venida de Nabucodonosor, rey de Babilonia, para herir la tierra de Egipto:


Becerra hermosa Egipto; mas viene destrucción, del aquilón viene.


Avergonzóse la hija de Egipto; entregada será en mano del pueblo del aquilón.


Aullad: ¡Cómo ha sido quebrantado! ¡cómo volvió la cerviz Moab, y fué avergonzado! Y fué Moab en escarnio y en espanto á todos los que están en sus alrededores.


Así ha dicho Jehová: He aquí que viene pueblo de tierra del aquilón, y gente grande se levantará de los cantones de la tierra.


Desde Dan se oyó el bufido de sus caballos: del sonido de los relinchos de sus fuertes tembló toda la tierra; y vinieron y devoraron la tierra y su abundancia, ciudad y moradores de ella.


Y con los brazos de inundación serán inundados delante de él, y serán quebrantados; y aun también el príncipe del pacto.


Mas con inundación impetuosa hará consumación de su lugar, y tinieblas perseguirán á sus enemigos.


Porque del Señor es la tierra y lo que la hinche.


Mas si alguien os dijere: Esto fué sacrificado á los ídolos: no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por causa de la conciencia: porque del Señor es la tierra y lo que la hinche.


EA ya ahora, oh ricos, llorad aullando por vuestras miserias que os vendrán.


Y VINO uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo, diciéndome: Ven acá, y te mostraré la condenación de la grande ramera, la cual está sentada sobre muchas aguas:


Y él me dice: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas.


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