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Jeremías 20:18 - Biblia Reina Valera 1909

18 ¿Para qué salí del vientre? ¿para ver trabajo y dolor, y que mis días se gastasen en afrenta?

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Biblia Reina Valera 1960

18 ¿Para qué salí del vientre? ¿Para ver trabajo y dolor, y que mis días se gastasen en afrenta?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 ¿Por qué habré nacido? Mi vida entera se ha llenado de dificultades, de dolor y de vergüenza.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 ¿Para qué, pues, salí de sus entrañas? ¿Para vivir angustia y tormento y acabar mis días en la humillación?

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 ¿Para qué salí del vientre para ver aflicción y dolor, Y acabar mis días en vergüenza?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 ¿Por qué salí del seno, para ver dolor y pena y para que mis días se vayan consumiendo en la vergüenza?

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Jeremías 20:18
27 Tagairtí Cros  

Y él se fué por el desierto un día de camino, y vino y sentóse debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Baste ya, oh Jehová, quita mi alma; que no soy yo mejor que mis padres.


EL HOMBRE nacido de mujer, Corto de días, y harto de sinsabores:


¡Oh quién me diera que me escondieses en el sepulcro, Que me encubrieras hasta apaciguarse tu ira, Que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!


¿Por qué se da luz al trabajado, Y vida á los de ánimo en amargura,


Empero como las centellas se levantan para volar por el aire, Así el hombre nace para la aflicción.


Porque mis días se han consumido como humo; Y mis huesos cual tizón están quemados.


Tú sabes mi afrenta, y mi confusión, y mi oprobio: Delante de ti están todos mis enemigos.


Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa ilesa, sino herida, hinchazón y podrida llaga: no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.


Oidme, los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley. No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus denuestos.


¡Ay de mí, madre mía, que me has engendrado hombre de contienda y hombre de discordia á toda la tierra! Nunca les dí á logro, ni lo tomé de ellos; y todos me maldicen.


¿Por qué fué perpetuo mi dolor, y mi herida desahuciada no admitió cura? ¿Serás para mí como cosa ilusoria, como aguas que no son estables?


Yacemos en nuestra confusión, y nuestra afrenta nos cubre: porque pecamos contra Jehová nuestro Dios, nosotros y nuestros padres, desde nuestra juventud y hasta este día; y no hemos escuchado la voz de Jehová nuestro Dios.


A causa de mi fuerte dolor mi corazón desfallece en mí.


¿No os conmueve á cuantos pasáis por el camino? Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido; Porque Jehová me ha angustiado en el día de la ira de su furor.


YO soy el hombre que ha visto aflicción en la vara de su enojo.


¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que mire molestia, y saco y violencia delante de mí, habiendo además quien levante pleito y contienda?


De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará: empero aunque vosotros estaréis tristes, vuestra tristeza se tornará en gozo.


Y ellos partieron de delante del concilio, gozosos de que fuesen tenidos por dignos de padecer afrenta por el Nombre.


Por lo cual asimismo padezco esto: mas no me avergüenzo; porque yo sé á quien he creído, y estoy cierto que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.


Porque la paciencia os es necesaria; para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.


Otros experimentaron vituperios y azotes; y á más de esto prisiones y cárceles;


Puestos los ojos en el autor y consumador de la fe, en Jesús; el cual, habiéndole sido propuesto gozo, sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza, y sentóse á la diestra del trono de Dios.


Salgamos pues á él fuera del real, llevando su vituperio.


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