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Jeremías 2:34 - Biblia Reina Valera 1909

34 Aun en tus faldas se halló la sangre de las almas de los pobres, de los inocentes: no la hallé en excavación, sino en todas estas cosas.

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Biblia Reina Valera 1960

34 Aun en tus faldas se halló la sangre de los pobres, de los inocentes. No los hallaste en ningún delito; sin embargo, en todas estas cosas dices:

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Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Tus vestidos están manchados con la sangre de los inocentes y de los pobres, ¡aunque no los sorprendiste robando tu casa!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Mira tus manos manchadas con sangre, no de bandidos sorprendidos en el crimen sino que de inocentes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 Hasta en los bordes de tu vestido hay sangre de almas de pobres inocentes, A quienes no sorprendiste irrumpiendo.° Y a pesar de todo, dices:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Hasta en tus faldas se encuentra sangre de pobres, de inocentes, a quienes no sorprendiste en flagrante. Si, a pesar de todo eso,

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Jeremías 2:34
22 Tagairtí Cros  

Fuera de esto, derramó Manasés mucha sangre inocente en gran manera, hasta henchir á Jerusalem de cabo á cabo: además de su pecado con que hizo pecar á Judá, para que hiciese lo malo en ojos de Jehová.


Asimismo por la sangre inocente que derramó, pues hinchió á Jerusalem de sangre inocente: Jehová por tanto, no quiso perdonar.


CUANDO alguno hurtare buey ú oveja, y le degollare ó vendiere, por aquel buey pagará cinco bueyes, y por aquella oveja cuatro ovejas.


Si el ladrón fuere hallado forzando una casa, y fuere herido y muriere, el que le hirió no será culpado de su muerte.


Que os enfervorizáis con los ídolos debajo de todo árbol umbroso, que sacrificáis los hijos en los valles, debajo de los peñascos?


Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad vuestra lengua.


Sus pies corren al mal, y se apresuran para derramar la sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos de iniquidad, destrucción y quebrantamiento en sus caminos.


Porque me dejaron, y enajenaron este lugar, y ofrecieron en él perfumes á dioses ajenos, los cuales no habían ellos conocido, ni sus padres, ni los reyes de Judá; y llenaron este lugar de sangre de inocentes;


¿Por qué abonas tu camino para hallar amor, pues aun á las malvadas enseñaste tus caminos?


¿Hanse avergonzado de haber hecho abominación? No por cierto, no se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza: por tanto caerán entre los que caerán; caerán cuando los visitaré, dice Jehová.


Y han edificado los altos de Topheth, que es en el valle del hijo de Hinnom, para quemar al fuego sus hijos y sus hijas, cosa que yo no les mandé, ni subió en mi corazón.


Ni oprimiereis al peregrino, al huérfano, y á la viuda, ni en este lugar derramareis la sangre inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal vuestro;


¿Hanse avergonzado de haber hecho abominación? Por cierto no se han corrido de vergüenza, ni supieron avergonzarse; caerán por tanto entre los que cayeren, cuando los visitaré: caerán, dice Jehová.


Sus inmundicias en sus faldas; no se acordó de su postrimería: Por tanto ella ha descendido maravillosamente, no tiene consolador. Mira, oh Jehová, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido.


Titubearon como ciegos en las calles, fueron contaminados en sangre, De modo que no pudiesen tocar á sus vestiduras.


Porque ofreciendo vuestras ofrendas, haciendo pasar vuestros hijos por el fuego, os habéis contaminado con todos vuestros ídolos hasta hoy: ¿y he de responderos yo, casa de Israel? Vivo yo, dice el Señor Jehová, que no os responderé.


La conjuración de sus profetas en medio de ella, como león bramando que arrebata presa: devoraron almas, tomaron haciendas y honra, aumentaron sus viudas en medio de ella.


Por tanto, hombres justos las juzgarán por la ley de las adúlteras, y por la ley de las que derraman sangre: porque son adúlteras, y sangre hay en sus manos.


Porque su sangre fué en medio de ella: sobre una piedra alisada la puso; no la derramó sobre la tierra para que fuese cubierta con polvo.


Y díjome: La maldad de la casa de Israel y de Judá es grande sobremanera, pues la tierra está llena de sangres, y la ciudad está llena de perversidad: porque han dicho: Dejado ha Jehová la tierra, y Jehová no ve.


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