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Jeremías 2:27 - Biblia Reina Valera 1909

27 Que dicen al leño: Mi padre eres tú; y á la piedra: Tú me has engendrado: pues me volvieron la cerviz, y no el rostro; y en el tiempo de su trabajo dicen: Levántate, y líbranos.

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Biblia Reina Valera 1960

27 que dicen a un leño: Mi padre eres tú; y a una piedra: Tú me has engendrado. Porque me volvieron la cerviz, y no el rostro; y en el tiempo de su calamidad dicen: Levántate, y líbranos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 A una imagen tallada en un trozo de madera le dicen: “Tú eres mi padre”. A un ídolo esculpido en un bloque de piedra le dicen: “Tú eres mi madre”. Me dan la espalda, pero durante tiempos difíciles me suplican: “¡Ven y sálvanos!”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 que dicen a un palo: 'Tú eres mi padre', y a una piedra: 'Tú me diste la vida. Ellos me dan la espalda, en vez de mostrarme su cara. Pero cuando les pase una desgracia, gritarán diciéndome: '¡Levántate, sálvanos!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Que dicen al leño: ¡Tú eres mi padre! Y a la piedra: ¡Tú me has dado a luz! Pues me han dado la espalda, y no la cara, Pero en el tiempo de su desgracia me dicen: ¡Levántate y sálvanos!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 que dicen al leño: 'Mi padre eres tú', y a la piedra: 'Tú me has dado a luz', mientras a mí me dan la espalda y no la cara. Pero cuando las cosas se tuercen dicen: '¡Levántate y sálvanos!'.

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Jeremías 2:27
23 Tagairtí Cros  

Porque nuestros padres se han rebelado, y han hecho lo malo en ojos de Jehová nuestro Dios; que le dejaron, y apartaron sus ojos del tabernáculo de Jehová, y le volvieron las espaldas.


Jehová, en la tribulación te buscaron: derramaron oración cuando los castigaste.


Y todos se infatuarán, y entontecerán. Enseñanza de vanidades es el mismo leño.


Como viento solano los esparciré delante del enemigo; mostraréles las espaldas, y no el rostro, en el día de su perdición.


Asna montés acostumbrada al desierto, que respira como quiere; ¿de su ocasión quién la detendrá? Todos los que la buscaren no se cansarán; hallaránla en su mes.


Habitaste en el Líbano, hiciste tu nido en los cedros: ¡cómo gemirás cuando te vinieren dolores, dolor como de mujer que está de parto!


Y sucedió que por la liviandad de su fornicación la tierra fué contaminada, y adulteró con la piedra y con el leño.


¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante á él: tiempo de angustia para Jacob; mas de ella será librado.


Y volviéronme la cerviz, y no el rostro: y cuando los enseñaba, madrugando y enseñando, no escucharon para recibir corrección:


Y envió el rey Sedechîas á Jucal hijo de Selemías, y á Sephanías hijo de Maasías sacerdote, para que dijesen al profeta Jeremías: Ruega ahora por nosotros á Jehová nuestro Dios.


Y dijeron á Jeremías profeta: Caiga ahora nuestro ruego delante de ti, y ruega por nosotros á Jehová tu Dios, por todo este resto, (pues hemos quedado unos pocos de muchos, como nos ven tus ojos,)


Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: Por cuanto te has olvidado de mí, y me has echado tras tus espaldas, por eso, lleva tú también tu suciedad y tus fornicaciones.


Y metióme en el atrio de adentro de la casa de Jehová: y he aquí junto á la entrada del templo de Jehová, entre la entrada y el altar, como veinticinco varones, sus espaldas vueltas al templo de Jehová y sus rostros al oriente, y encorvábanse al nacimiento del sol.


Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro, como en el día de hoy á todo hombre de Judá, y á los moradores de Jerusalem, y á todo Israel, a los de cerca y á los de lejos, en todas las tierras á donde los has echado á causa de su rebelión con que contra ti se rebelaron.


Mi pueblo á su madero pregunta, y su palo le responde: porque espíritu de fornicaciones lo engañó, y fornicaron debajo de sus dioses.


Andaré, y tornaré á mi lugar hasta que conozcan su pecado, y busquen mi rostro. En su angustia madrugarán á mi.


Y no clamaron a mí con su corazón cuando aullaron sobre sus camas, para el trigo y el mosto se congregaron, rebeláronse contra mí.


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