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Génesis 5:5 - Biblia Reina Valera 1909

5 Y fueron todos los días que vivió Adam novecientos y treinta años, y murió.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años; y murió.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Adán vivió novecientos treinta años y después murió.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Adán al morir tenía novecientos treinta años.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y fueron todos los días que vivió Adam novecientos treinta años, y murió.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Adán vivió en total novecientos treinta años, y murió.

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Génesis 5:5
21 Tagairtí Cros  

En el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas á la tierra; porque de ella fuiste tomado: pues polvo eres, y al polvo serás tornado.


Y fueron todos los días de Enós novecientos y cinco años; y murió.


Y fueron los días de Adam, después que engendró á Seth, ochocientos años: y engendró hijos é hijas.


Y vivió Seth ciento y cinco años, y engendró á Enós.


Y fueron todos los días de Seth novecientos y doce años; y murió.


Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas por tierra, que no pueden volver á recogerse: ni Dios quita la vida, sino que arbitra medio para que su desviado no sea de él excluído.


Porque yo conozco que me reduces á la muerte; Y á la casa determinada á todo viviente.


¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? ¿Librarás su vida del poder del sepulcro? (Selah.)


Los días de nuestra edad son setenta años; Que si en los más robustos son ochenta años, Con todo su fortaleza es molestia y trabajo; Porque es cortado presto, y volamos.


Cuando también temerán de lo alto, y los tropezones en el camino; y florecerá el almendro, y se agravará la langosta, y perderáse el apetito: porque el hombre va á la casa de su siglo, y los endechadores andarán en derredor por la plaza:


Y el polvo se torne á la tierra, como era, y el espíritu se vuelva á Dios que lo dió.


Porque los que viven saben que han de morir: mas los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.


En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza.


He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.


Que ames á Jehová tu Dios, que oigas su voz, y te allegues á él; porque él es tu vida, y la longitud de tus días; á fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová á tus padres Abraham, Isaac, y Jacob, que les había de dar.


Y de la manera que está establecido á los hombres que mueran una vez, y después el juicio;


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