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Génesis 32:24 - Biblia Reina Valera 1909

24 Y quedóse Jacob solo, y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.

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Biblia Reina Valera 1960

24 Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Entonces Jacob se quedó solo en el campamento, y llegó un hombre y luchó con él hasta el amanecer.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 A todos los hizo pasar al otro lado del torrente, y también hizo pasar todo lo que traía con él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Y Jacob° se quedó solo, y un varón estuvo luchando con él hasta rayar el alba.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Los tomó, pues, y les hizo pasar el torrente. Luego hizo pasar todo cuanto poseía.

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Génesis 32:24
23 Tagairtí Cros  

Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto á él: y cuando los vió, salió corriendo de la puerta de su tienda á recibirlos, é inclinóse hacia la tierra,


Y dijo Rachêl: Con luchas de Dios he contendido con mi hermana, y he vencido. Y llamó su nombre Nephtalí.


Tomólos pues, y pasólos el arroyo, é hizo pasar lo que tenía.


Y como vió que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y descoyuntóse el muslo de Jacob mientras con él luchaba.


Y él dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel: porque has peleado con Dios y con los hombres, y has vencido.


Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel: porque vi á Dios cara á cara, y fué librada mi alma.


El Angel que me liberta de todo mal, bendiga á estos mozos: y mi nombre sea llamado en ellos, y el nombre de mis padres Abraham é Isaac: y multipliquen en gran manera en medio de la tierra.


Y Moisés extendió su mano sobre la mar, y la mar se volvió en su fuerza cuando amanecía; y los Egipcios iban hacia ella: y Jehová derribó á los Egipcios en medio de la mar.


Hasta que apunte el día, y huyan las sombras, Tórnate, amado mío; sé semejante al gamo, ó al cabrito de los ciervos, Sobre los montes de Bether.


Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como acogida contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa.


Quedé pues yo solo, y vi esta gran visión, y no quedó en mí esfuerzo; antes mi fuerza se me trocó en desmayo, sin retener vigor alguno.


Porfiad a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.


Y estando en agonía, oraba más intensamente: y fué su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.


Ruégoos empero, hermanos, por el Señor nuestro Jesucristo, y por la caridad del Espíritu, que me ayudéis con oraciones por mí á Dios,


El primer hombre, es de la tierra, terreno: el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.


Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires.


Orando en todo tiempo con toda deprecación y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda instancia y suplicación por todos los santos,


PORQUE quiero que sepáis cuán gran solicitud tengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca vieron mi rostro en carne;


Os saluda Epafras, el cual es de vosotros, siervo de Cristo, siempre solícito por vosotros en oraciones, para que estéis firmes, perfectos y cumplidos en todo lo que Dios quiere.


El cual en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fué oído por su reverencial miedo.


Y estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos, y vió un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desnuda en su mano. Y Josué yéndose hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, ó de nuestros enemigos?


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