Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne

- Fógraí -





Gálatas 4:14 - Biblia Reina Valera 1909

14 Y no desechasteis ni menospreciasteis mi tentación que estaba en mi carne: antes me recibisteis como á un ángel de Dios, como á Cristo Jesús.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

14 y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo, antes bien me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Aunque mi condición los tentaba a no aceptarme, ustedes no me despreciaron ni me rechazaron. Todo lo contrario, me recibieron y me cuidaron como si yo fuera un ángel de Dios o incluso el mismo Cristo Jesús.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Aunque mis pruebas eran una prueba para ustedes, no me despreciaron ni me rechazaron, sino que me acogieron como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

14 Y lo que para vosotros era una prueba° en mi carne, no lo menospreciasteis ni lo escupisteis; al contrario, me acogisteis como a un enviado de Dios, como a Jesús el Mesías.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 y que ante esta debilidad corporal mía, que era para vosotros una prueba, no hicisteis gestos de desprecio ni escupisteis en el suelo, sino que me acogisteis como a un enviado de Dios, como a Cristo Jesús.

Féach an chaibidil Cóip




Gálatas 4:14
23 Tagairtí Cros  

Tu sierva pues dice: Que sea ahora la respuesta de mi señor el rey para descanso; pues que mi señor el rey es como un ángel de Dios para escuchar lo bueno y lo malo. Así Jehová tu Dios sea contigo.


Empero él revolvió á tu siervo delante de mi señor el rey; mas mi señor el rey es como un ángel de Dios: haz pues lo que bien te pareciere.


Aquel cuyos pies van á resbalar, Es como una lámpara despreciada de aquel que está á sus anchuras.


Pequeño soy yo y desechado; Mas no me he olvidado de tus mandamientos.


Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fortaleza; aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras.


En aquel día Jehová defenderá al morador de Jerusalem: y el que entre ellos fuere flaco, en aquel tiempo será como David; y la casa de David como ángeles, como el ángel de Jehová delante de ellos.


Porque los labios de los sacerdotes han de guardar la sabiduría, y de su boca buscarán la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos.


El que os recibe á vosotros, a mí recibe; y el que á mí recibe, recibe al que me envió.


Y cualquiera que recibiere á un tal niño en mi nombre, á mí recibe.


Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis á uno de estos mis hermanos pequeñitos, á mí lo hicisteis.


El que á vosotros oye, a mí oye; y el que á vosotros desecha, á mí desecha; y el que á mí desecha, desecha al que me envió.


De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, á mí recibe; y el que á mí recibe, recibe al que me envió.


Y lo vil del mundo y lo menos preciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es:


Nosotros necios por amor de Cristo, y vosotros prudentes en Cristo; nosotros flacos, y vosotros fuertes; vosotros nobles, y nosotros viles.


Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio nuestro; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.


Porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.


No hay Judío, ni Griego; no hay siervo, ni libre; no hay varón, ni hembra: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.


Que vosotros sabéis que por flaqueza de carne os anuncié el evangelio al principio:


¿Dónde está pues vuestra bienaventuranza? porque yo os doy testimonio que si se pudiera hacer, os hubierais sacado vuestros ojos para dármelos.


Por lo cual, también nosotros damos gracias á Dios sin cesar, de que habiendo recibido la palabra de Dios que oísteis de nosotros, recibisteis no palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, el cual obra en vosotros los que creísteis.


Así que, el que menosprecia, no menosprecia á hombre, sino á Dios, el cual también nos dió su Espíritu Santo.


No olvidéis la hospitalidad, porque por ésta algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí