Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne

- Fógraí -





Efesios 5:26 - Biblia Reina Valera 1909

26 Para santificarla limpiándola en el lavacro del agua por la palabra,

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

26 a fin de hacerla santa y limpia al lavarla mediante la purificación de la palabra de Dios.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Y después de bañarla en el agua y la Palabra para purificarla, la hizo santa,

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua con la palabra,

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 para santificarla, purificándola con el baño de agua por la palabra,

Féach an chaibidil Cóip




Efesios 5:26
35 Tagairtí Cros  

Y te lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y ungíte con aceite;


Y esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.


Y el sacerdote que le purifica presentará con aquellas cosas al que se ha de limpiar delante de Jehová, á la puerta del tabernáculo del testimonio:


Porque en este día se os reconciliará para limpiaros; y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová.


Entonces Moisés hizo llegar á Aarón y á sus hijos, y lavólos con agua.


EN aquel tiempo habrá manantial abierto para la casa de David y para los moradores de Jerusalem, para el pecado y la inmundicia.


Dícele Jesús: El que está lavado, no necesita sino que lave los pies, mas está todo limpio: y vosotros limpios estáis, aunque no todos.


Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado.


En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.


Ahora han conocido que todas las cosas que me diste, son de ti;


Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.


Ahora pues, ¿por qué te detienes? Levántate, y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre.


Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas á la luz, y de la potestad de Satanás á Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, remisión de pecados y suerte entre los santificados.


Mas ¿qué dice? Cercana está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe, la cual predicamos:


Y esto erais algunos: mas ya sois lavados, mas ya sois santificados, mas ya sois justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.


Pues que os celo con celo de Dios; porque os he desposado á un marido, para presentaros como una virgen pura á Cristo.


Y tomad el yelmo de salud, y la espada del Espíritu; que es la palabra de Dios;


La palabra de Cristo habite en vosotros en abundancia en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos los unos á los otros con salmos é himnos y canciones espirituales, con gracia cantando en vuestros corazones al Señor.


Que se dió á sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y limpiar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.


En la cual voluntad somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una sola vez.


Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre á los santificados.


Lleguémonos con corazón verdadero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua limpia.


¿Cuánto pensáis que será más digno de mayor castigo, el que hollare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del testamento, en la cual fué santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?


Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo por su propia sangre, padeció fuera de la puerta.


Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos: y que alcanza hasta partir el alma, y aun el espíritu, y las coyunturas y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.


¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció á sí mismo sin mancha á Dios, limpiará vuestras conciencias de las obras de muerte para que sirváis al Dios vivo?


El, de su voluntad nos ha engendrado por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.


Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sea multiplicada.


A la figura de la cual el bautismo que ahora corresponde nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como demanda de una buena conciencia delante de Dios,) por la resurrección de Jesucristo:


Mas el que no tiene estas cosas, es ciego, y tiene la vista muy corta, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados.


Este es Jesucristo, que vino por agua y sangre: no por agua solamente, sino por agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio: porque el Espírtiu es la verdad.


JUDAS, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, á los llamados, santificados en Dios Padre, y conservados en Jesucristo:


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí