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Efesios 4:32 - Biblia Reina Valera 1909

32 Antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdónandoos los unos á los otros, como también Dios os perdonó en Cristo.

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Biblia Reina Valera 1960

32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

32 Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

32 Más bien sean buenos y comprensivos unos con otros, perdonándose mutuamente como Dios los perdonó en Cristo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

32 Sed bondadosos los unos con los otros, compasivos,° perdonándoos° los unos a los otros como también Dios os perdonó en el Mesías.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

32 Sed, por el contrario, amables y compasivos unos con otros y perdonaos mutuamente, como Dios os perdonó en Cristo.

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Efesios 4:32
34 Tagairtí Cros  

Todas estas grandezas has obrado por tu palabra y conforme á tu corazón, haciéndolas saber á tu siervo.


Esparce, da á los pobres: Su justicia permanece para siempre; Su cuerno será ensalzado en gloria.


Bueno es Jehová para con todos; Y sus misericordia sobre todas sus obras.


El justo atiende á la vida de su bestia: Mas las entrañas de los impíos son crueles.


La cordura del hombre detiene su furor; Y su honra es disimular la ofensa.


Contentamiento es á los hombres hacer misericordia: Pero mejor es el pobre que el mentiroso.


PERECE el justo, y no hay quien pare mientes; y los píos son recogidos, y no hay quien entienda que delante de la aflicción es recogido el justo.


Y dijo Ebed-melec Etiope á Jeremías: Pon ahora esos trapos viejos, traídos, y rotos, bajo los sobacos de tus brazos, debajo de las sogas. Y lo hizo así Jeremías.


Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos á nuestros deudores.


Y cuando estuviereis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que vuestro Padre que está en los cielos os perdone también á vosotros vuestras ofensas.


Por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, Con que nos visitó de lo alto el Oriente,


Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos á todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del malo.


Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día se volviere á ti, diciendo, pésame, perdónale.


Amad, pués, á vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo: porque él es benigno para con los ingratos y malos.


No juzguéis, y no seréis juzgados: no condenéis, y no seréis condenados: perdonad, y seréis perdonados.


Y los bárbaros nos mostraron no poca humanidad; porque, encendido un fuego, nos recibieron á todos, á causa de la lluvia que venía, y del frío.


Amándoos los unos á los otros con caridad fraternal; previniéndoos con honra los unos á los otros;


La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sinrazón, no se ensancha;


Y al que vosotros perdonareis, yo también: porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en persona de Cristo;


Así que, al contrario, vosotros más bien lo perdonéis y consoléis, porque no sea el tal consumido de demasiada tristeza.


En castidad, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en Espíritu Santo, en amor no fingido;


SED, pues, imitadores de Dios como hijos amados:


He aquí, tenemos por bienaventurados á los que sufren. Habéis oído la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y piadoso.


Y en el temor de Dios, amor fraternal, y en el amor fraternal caridad.


Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.


Os escribo á vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os son perdonados por su nombre.


Y dijo Noemi á su nuera: Sea él bendito de Jehová, pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los finados. Díjole después Noemi: Nuestro pariente es aquel varón, y de nuestros redentores es.


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