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Daniel 4:7 - Biblia Reina Valera 1909

7 Y vinieron magos, astrólogos, Caldeos, y adivinos: y dije el sueño delante de ellos, mas nunca me mostraron su declaración;

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Biblia Reina Valera 1960

7 Y vinieron magos, astrólogos, caldeos y adivinos, y les dije el sueño, pero no me pudieron mostrar su interpretación,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Cuando se presentaron los magos, los brujos, los astrólogos y los adivinos, les conté el sueño, pero no pudieron explicarme el significado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Estaba acostado y tuve esta visión: había en el centro de la tierra un árbol que tenía gran altura.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Vinieron, pues, magos, astrólogos, caldeos y adivinos, y referí el sueño delante de ellos, pero no me pudieron mostrar su interpretación,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 'Estaba contemplando en mi lecho las visiones de mi mente, cuando de pronto vi un árbol, de enorme altura, en el centro de la tierra.

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Daniel 4:7
16 Tagairtí Cros  

Y las espigas menudas devoraban á las siete espigas hermosas: y helo dicho á los magos, mas no hay quien me lo declare.


Y acaeció que á la mañana estaba agitado su espíritu; y envió é hizo llamar á todos los magos de Egipto, y á todos sus sabios: y contóles Faraón sus sueños, mas no había quien á Faraón los declarase.


Vi yo al impío sumamente ensalzado, Y que se extendía como un laurel verde.


Que deshago las señales de los adivinos, y enloquezco á los agoreros; que hago tornar atrás los sabios, y desvanezco su sabiduría;


He aquí era el Asirio cedro en el Líbano, hermoso en ramas, y umbroso con sus ramos, y de grande altura, y su copa estaba entre densas ramas.


Muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, y de buen parecer, y enseñados en toda sabiduría, y sabios en ciencia, y de buen entendimiento, é idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los Caldeos.


Los Caldeos respondieron delante del rey, y dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el negocio del rey: demás de esto, ningún rey, príncipe, ni señor, preguntó cosa semejante á ningún mago, ni astrólogo, ni Caldeo.


Daniel respondió delante del rey, y dijo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos, ni adivinos lo pueden enseñar al rey.


Respondieron la segunda vez, y dijeron: Diga el rey el sueño á sus siervos, y mostraremos su declaración.


Por esto en el mismo tiempo algunos varones Caldeos se llegaron, y denunciaron de los Judíos.


Yo el rey Nabucodonosor he visto este sueño. Tú pues, Beltsasar, dirás la declaración de él, porque todos los sabios de mi reino nunca pudieron mostrarme su interpretación: mas tú puedes, porque hay en ti espíritu de los dioses santos.


El rey clamó en alta voz que hiciesen venir magos, Caldeos, y adivinos. Habló el rey, y dijo á los sabios de Babilonia: Cualquiera que leyere esta escritura, y me mostrare su declaración, será vestido de púrpura, y tendrá collar de oro á su cuello; y en el reino se enseñoreará el tercero.


Entonces fueron introducidos todos los sabios del rey, y no pudieron leer la escritura, ni mostrar al rey su declaración.


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