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Daniel 4:34 - Biblia Reina Valera 1909

34 Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi sentido me fué vuelto; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre; porque su señorío es sempiterno, y su reino por todas las edades.

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Biblia Reina Valera 1960

34 Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

34 »Cuando se cumplió el tiempo, yo, Nabucodonosor, levanté los ojos al cielo. Recuperé la razón, alabé y adoré al Altísimo y di honra a aquel que vive para siempre. Su dominio es perpetuo, y eterno es su reino.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Ahora yo, Nabucodonosor, alabo, celebro y glorifico al Rey de los cielos; todos sus caminos son justos y sus obras son verdad. Sabe humillar a los que se comportan con orgullo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 Pero al fin del tiempo, yo Nabucodonosor alcé mis ojos a los cielos, y mi razón me fue devuelta. Entonces bendije a ’Elyón, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es dominio sempiterno, y su reino por todas las edades.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 'Ahora yo, Nabucodonosor, alabo, ensalzo y glorifico al rey del cielo, cuyas obras son todas verdad, sus caminos justicia y puede humillar a los que caminan con soberbia.'

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Daniel 4:34
57 Tagairtí Cros  

Dios, perfecto su camino: La palabra de Jehová purificada, Escudo es de todos los que en él esperan.


Asimismo holgóse mucho el rey David, y bendijo á Jehová delante de toda la congregación; y dijo David: Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, de uno á otro siglo.


Ahora pues, Dios nuestro, nosotros te confesamos, y loamos tu glorioso nombre.


Y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. Jehová dió, y Jehová quitó: sea el nombre de Jehová bendito.


Jehová, Rey eterno y perpetuo: De su tierra fueron destruídas las gentes.


Dije: Dios mío, no me cortes en el medio de mis días: Por generación de generaciones son tus años.


Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.


Y sacrifiquen sacrificios de alabanza, Y publiquen sus obras con júbilo.


Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.


Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.


Las obras de sus manos son verdad y juicio: Fieles son todos sus mandamientos;


ALZARÉ mis ojos á los montes, De donde vendrá mi socorro.


A TI que habitas en los cielos, Alcé mis ojos.


Tu reino es reino de todos los siglos, Y tu señorío en toda generación y generación.


Reinará Jehová para siempre; Tu Dios, oh Sión, por generación y generación. Aleluya.


Sacrifica á Dios alabanza, Y paga tus votos al Altísimo.


El se enseñorea con su fortaleza para siempre: Sus ojos atalayan sobre las gentes: Los rebeldes no serán ensalzados. (Selah.)


Alabaré yo á Jehová conforme á su justicia, Y cantaré al nombre de Jehová el Altísimo.


Alegraréme y regocijaréme en ti: Cantaré á tu nombre, oh Altísimo;


BUENO es alabar á Jehová, Y cantar salmos á tu nombre, oh Altísimo;


Y visitaré la maldad sobre el mundo, y sobre los impíos su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes.


La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y Jehová solo será ensalzado en aquel día.


Glorificad por esto á Jehová en los valles: en islas de la mar sea nombrado Jehová Dios de Israel.


Mas Jehová Dios es la verdad; él es Dios vivo y Rey eterno: á su ira tiembla la tierra, y las gentes no pueden sufrir su saña.


¿De la boca del Altísimo no saldrá malo y bueno?


Y oía al varón vestido de lienzos, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el Viviente en los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad. Y cuando se acabare el esparcimiento del escuadrón del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas.


Y en los días de estos reyes, levantará el Dios del cielo un reino que nunca jamás se corromperá: y no será dejado á otro pueblo este reino; el cual desmenuzará y consumirá todos estos reinos, y él permanecerá para siempre.


Las señales y milagros que el alto Dios ha hecho conmigo, conviene que yo las publique.


Y lo que dijeron, que dejasen en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que tu reino se te quedará firme, luego que entiendas que el señorío es en los cielos.


¡Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su reino, reino sempiterno, y su señorío hasta generación y generación.


Y de entre los hombres te echan, y con las bestias del campo será tu morada, y como á los bueyes te apacentarán: y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo se enseñorea en el reino de los hombres, y á quien él quisiere lo da.


En el mismo tiempo mi sentido me fué vuelto, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron á mí, y mis gobernadores y mis grandes me buscaron; y fuí restituído á mi reino, y mayor grandeza me fué añadida.


El altísimo Dios, oh rey, dió á Nabucodonosor tu padre el reino, y la grandeza, y la gloria, y la honra:


Y xué echado de entre los hijos de los hombres; y su corazón fué puesto con las bestias, y con los asnos monteses fué su morada. Hierba le hicieron comer, como á buey, y su cuerpo fué bañado con el rocío del cielo, hasta que conoció que el altísimo Dios se enseñorea del reino de los hombres, y que pondrá sobre él al que quisiere.


De parte mía es puesta ordenanza, que en todo el señorío de mi reino todos teman y tiemblen de la presencia del Dios de Daniel: porque él es el Dios viviente y permanente por todos los siglos, y su reino tal que no será desecho, y su señorío hasta el fin.


Y fuéle dado señorío, y gloria, y reino; y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron; su señorío, señorío eterno, que no será transitorio, y su reino que no se corromperá.


Y que el reino, y el señorío, y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo; cuyo reino es reino eterno, y todos los señoríos le servirán y obedecerán.


Veló por tanto Jehová sobre el mal, y trájolo sobre nosotros; porque justo es Jehová nuestro Dios en todas sus obras que hizo, porque no obedecimos á su voz.


Entonces clamaron a Jehová, y dijeron: Rogámoste ahora, Jehová, que no perezcamos nosotros por la vida de aqueste hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre inocente: porque tú, Jehová, has hecho como has querido.


Y pondré á la coja para sucesión, y á la descarriada para nación robusta: y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sión desde ahora para siempre.


Y reinará en la casa de Jacob por siempre; y de su reino no habrá fin.


Mas el publicano estando lejos no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que hería su pecho, diciendo: Dios, sé propicio á mí pecador.


Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así dió también al Hijo que tuviese vida en sí mismo:


El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud: Dios de verdad, y ninguna iniquidad en él: Es justo y recto.


Por tanto, al Rey de siglos, inmortal, invisible, al solo sabio Dios sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.


Quien sólo tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; á quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver: al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.


Y juró por el que vive para siempre jamás, que ha criado el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no será más.


Y el séptimo ángel tocó la trompeta, y fueron hechas grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido á ser los reinos de nuestro Señor, y de su Cristo: y reinará para siempre jamás.


Los veinticuatro ancianos se postraban delante del que estaba sentado en el trono, y adoraban al que vive para siempre jamás, y echaban sus coronas delante del trono, diciendo:


Y cuando aquellos animales daban gloria y honra y alabanza al que estaba sentado en el trono, al que vive para siempre jamás,


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