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Daniel 2:34 - Biblia Reina Valera 1909

34 Estabas mirando, hasta que una piedra fué cortada, no con mano, la cual hirió á la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.

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Biblia Reina Valera 1960

34 Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Mientras usted observaba, una roca de una montaña fue cortada, pero no por manos humanas. La roca golpeó los pies de hierro y barro, y los hizo pedazos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Tú estabas mirándola cuando se desprendió una roca sin que nadie la moviera; pegó a la estatua a la altura de los pies de hierro y de arcilla y los rompió.

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 Estabas mirando, hasta que fue cortada una piedra (no con mano humana), y golpeó a la imagen en sus pies de hierro y barro cocido y los desmenuzó.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Estabas mirando y, de pronto, se desprendió una piedra de la montaña sin intervención de mano alguna, chocó contra los pies de la estatua, que eran de hierro y de arcilla, y los pulverizó.

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Daniel 2:34
25 Tagairtí Cros  

La piedra que desecharon los edificadores, Ha venido á ser cabeza del ángulo.


Por tanto, el Señor Jehová dice así: He aquí que yo fundo en Sión una piedra, piedra de fortaleza, de esquina, de precio, de cimiento estable: el que creyere, no se apresure.


Porque la gente o el reino que no te sirviere, perecerá; y del todo serán asoladas.


Juntaos, pueblos, y seréis quebrantados; oid todos los que sois de lejanas tierras: poneos á punto, y seréis quebrantados; apercibíos, y seréis quebrantados.


Tú pues serás quebrantado entre los incircuncisos, y yacerás con los muertos á cuchillo.


Y midió otros mil, é iba ya el arroyo que yo no podía pasar: porque las aguas se habían alzado, y el arroyo no se podía pasar sino á nado.


Sus piernas de hierro; sus pies, en parte de hierro, y en parte de barro cocido.


Y que el reino, y el señorío, y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo; cuyo reino es reino eterno, y todos los señoríos le servirán y obedecerán.


Y con su sagacidad hará prosperar el engaño en su mano; y en su corazón se engrandecerá, y con paz destruirá á muchos: y contra el príncipe de los príncipes se levantará; mas sin mano será quebrantado.


Y será en aquel día, que yo pondré á Jerusalem por piedra pesada á todos los pueblos: todos los que se la cargaren, serán despedazados, bien que todas las gentes de la tierra se juntarán contra ella.


Entonces respondió y hablóme, diciendo: Esta es palabra de Jehová á Zorobabel, en que se dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.


Mas yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.


Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, mas de Dios.


Este es la piedra reprobada de vosotros los edificadores, la cual es puesta por cabeza del ángulo.


PORQUE sabemos, que si la casa terrestre de nuestra habitación se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna en los cielos.


Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el mismo cielo para presentarse ahora por nosotros en la presencia de Dios.


Ella es pues honor á vosotros que creéis: mas para los desobedientes, La piedra que los edificadores reprobaron, Esta fué hecha la cabeza del ángulo;


Y el séptimo ángel tocó la trompeta, y fueron hechas grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido á ser los reinos de nuestro Señor, y de su Cristo: y reinará para siempre jamás.


Ellos pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque es el Señor de los señores, y el Rey de los reyes: y los que están con él son llamados, y elegidos, y fieles.


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