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Apocalipsis 22:14 - Biblia Reina Valera 1909

14 Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Benditos son los que lavan sus ropas. A ellos se les permitirá entrar por las puertas de la ciudad y comer del fruto del árbol de la vida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Felices los que lavan sus ropas, porque así tendrán acceso al árbol de la vida y se les abrirán las puertas de la ciudad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho° al árbol de la vida,° y entrar en la ciudad por las puertas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Dichosos los que lavan sus túnicas; así dispondrán del árbol de la vida y podrán entrar por las puertas de la ciudad.

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Apocalipsis 22:14
31 Tagairtí Cros  

Y había Jehová Dios hecho nacer de la tierra todo árbol delicioso á la vista, y bueno para comer: también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de ciencia del bien y del mal.


Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de Nos sabiendo el bien y el mal: ahora, pues, porque no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre:


BIENAVENTURADO el hombre que teme á Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera.


Esta puerta de Jehová, Por ella entrarán los justos.


Y Jehová dijo á Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana, y laven sus vestidos;


Bienaventurado el que esperare, y llegare hasta mil trescientos treinta y cinco días.


Volvióles, pues, Jesús á decir: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.


Yo soy la puerta: el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.


Si me amáis, guardad mis mandamientos;


Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí.


¿Eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dió este pozo, del cual él bebió, y sus hijos, y sus ganados?


La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es; sino la observancia de las mandamientos de Dios.


Mas mirad que esta vuestra libertad no sea tropezadero á los que son flacos.


¿No tenemos potestad de traer con nosotros una hermana mujer también como los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?


Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión; sino la fe que obra por la caridad.


Y cualquiera que tiene esta esperanza en él, se purifica, como él también es limpio.


Porque este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son penosos.


El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias. Al que venciere, daré á comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.


Y tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres escritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel.


No entrará en ella ninguna cosa sucia, ó que hace abominación y mentira; sino solamente los que están escritos en el libro de la vida del Cordero.


En el medio de la plaza de ella, y de la una y de la otra parte del río, estaba el árbol de vida, que lleva doce frutos, dando cada mes su fruto: y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.


Y he aquí, vengo presto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.


Y yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han venido de grande tribulación, y han lavado sus ropas, y las han blanqueado en la sangre del Cordero.


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