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Apocalipsis 18:13 - Biblia Reina Valera 1909

13 Y canela, y olores, y ungüentos, y de incienso, y de vino, y de aceite; y flor de harina y trigo, y de bestias, y de ovejas; y de caballos, y de carros, y de siervos, y de almas de hombres.

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Biblia Reina Valera 1960

13 y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 También compró canela, especias, especias aromáticas, mirra, incienso, vino, aceite de oliva, harina refinada, trigo, ganado, ovejas, caballos, carretas y cuerpos, es decir, esclavos humanos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 especias, perfumes, mirra e incienso; vino y aceite, harina y trigo, vacunos y corderos, caballos y carruajes, esclavos y mercadería humana.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 y de canela, y de especia, e incienso, y mirra, y olíbano, y de vino y aceite, y de flor de harina y trigo, y de bestias de carga, y de ovejas, y de caballos, y de carros, y de esclavos,° y de almas de hombres.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 canela y plantas olorosas; perfumes, mirra e incienso; vino y aceite; flor de harina y trigo; ganado mayor y ovejas; caballos y carros, siervos y esclavos;

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Apocalipsis 18:13
25 Tagairtí Cros  

Y dió ella al rey ciento y veinte talentos de oro, y muy mucha especiería, y piedras preciosas: nunca vino tan grande copia de especias, como la reina de Seba dió al rey Salomón.


Sin lo de los mercaderes, y de la contratación de especias, y de todos los reyes de Arabia, y de los principales de la tierra.


Y todos le llevaban cada año sus presentes: vasos de oro, vasos de plata, vestidos, armas, aromas, caballos y acémilas.


Y tomaron sus ganados, cincuenta mil camellos, y doscientas cincuenta mil ovejas, dos mil asnos, y cien mil personas.


Y dió al rey ciento y veinte talentos de oro, y gran copia de aromas, y piedras preciosas: nunca hubo tales aromas como los que dió la reina de Seba al rey Salomón.


Y díjeles: Nosotros rescatamos á nuestros hermanos Judíos que habían sido vendidos á las gentes, conforme á la facultad que había en nosotros: ¿y vosotros aun vendéis á vuestros hermanos, y serán vendidos á nosotros? Y callaron, que no tuvieron qué responder.


Asimismo el que robare una persona, y la vendiere, ó se hallare en sus manos, morirá.


He sahumado mi cámara Con mirra, áloes, y cinamomo.


Por el olor de tus suaves ungüentos, (Ungüento derramado es tu nombre,) Por eso las doncellas te amaron.


¿Quién es ésta que sube del desierto como columnita de humo, Sahumada de mirra y de incienso, Y de todos polvos aromáticos?


Yo me levanté para abrir á mi amado, Y mis manos gotearon mirra, Y mis dedos mirra que corría Sobre las aldabas del candado.


ASÍ dijo Jehová: ¿Qué es de la carta de repudio de vuestra madre, con la cual yo la repudié? ¿ó quiénes son mis acreedores, a quienes os he yo vendido? He aquí que por vuestras maldades sois vendidos, y por vuestras rebeliones fué repudiada vuestra madre:


Grecia, Tubal, y Mesec, tus mercaderes, con hombres y con vasos de metal, dieron en tus ferias.


Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Israel, y por el cuarto, no desviaré su castigo; porque vendieron por dinero al justo, y al pobre por un par de zapatos:


Beben vino en tazones, y se ungen con los ungüentos más preciosos; y no se afligen por el quebrantamiento de José.


Para comprar los pobres por dinero, y los necesitados por un par de zapatos, y venderemos las aechaduras del trigo?


Cuando fuere hallado alguno que haya hurtado persona de sus hermanos los hijos de Israel, y hubiere mercadeado con ella, ó la hubiere vendido, el tal ladrón morirá, y quitarás el mal de en medio de ti.


Y Jehová te hará tornar á Egipto en navíos por el camino del cual te ha dicho: Nunca más volveréis: y allí seréis vendidos á vuestros enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os compre.


Para los fornicarios, para los sodomitas, para los ladrones de hombres, para los mentirosos y perjuros, y si hay alguna otra cosa contraria a la sana doctrina;


Y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas, sobre los cuales la condenación ya de largo tiempo no se tarda, y su perdición no se duerme.


Y los frutos del deseo de tu alma se apartaron de ti; y todas las cosas gruesas y excelentes te han faltado, y nunca más las hallarás.


Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido, se pondrán lejos de ella por el temor de su tormento, llorando y lamentando,


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