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2 Corintios 12:2 - Biblia Reina Valera 1909

2 Conozco á un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé: Dios lo sabe) fué arrebatado hasta el tercer cielo.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Hace catorce años fui llevado hasta el tercer cielo. Si fue en mi cuerpo o fuera de mi cuerpo no lo sé; solo Dios lo sabe.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Sé de un cierto creyente, el cual hace catorce años fue arrebatado hasta el tercer cielo. Si fue con el cuerpo o fuera del cuerpo, eso no lo sé, lo sabe Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Sé de un hombre en el Mesías que hace catorce años (si en cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), el tal fue arrebatado hasta el tercer cielo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Sé de un hombre en Cristo que hace catorce años -si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe- fue arrebatado al tercer cielo.

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2 Corintios 12:2
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Y acontecerá que, luego que yo me haya partido de ti, el espíritu de Jehová te llevará donde yo no sepa; y viniendo yo, y dando las nuevas á Achâb, y no hallándote él, me matará; y tu siervo teme á Jehová desde su mocedad.


Empero ¿es verdad que Dios haya de morar sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener: ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?


Y dijéronle: He aquí hay con tus siervos cincuenta varones fuertes: vayan ahora y busquen á tu señor; quizá lo ha levantado el espíritu de Jehová, y lo ha echado en algún monte ó en algún valle. Y él les dijo: No enviéis.


Alabadle, cielos de los cielos, Y las aguas que están sobre los cielos.


Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.


Luego me levantó el espíritu, y volvióme á llevar en visión del espíritu de Dios á la tierra de los Caldeos, á los trasportados. Y partióse de mí la visión que había visto.


Y alzóme el espíritu, y metióme en el atrio de adentro; y he aquí que la gloria de Jehová hinchió la casa.


Y aconteció que bendiciéndolos, se fué de ellos; y era llevado arriba al cielo.


El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.


Habiéndolo entendido, huyeron á Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y por toda la tierra alrededor.


Y me aconteció, vuelto á Jerusalem, que orando en el templo, fuí arrebatado fuera de mí.


Saludad á Apeles, probado en Cristo. Saludad á los que son de Aristóbulo.


Saludad a Priscila y Aquila, mis coadjutores en Cristo Jesús;


Saludad á Andrónico y á Junia, mis parientes, y mis compañeros en la cautividad, los que son insignes entre los apóstoles; los cuales también fueron antes de mí en Cristo.


Saludad á Urbano, nuestro ayudador en Cristo Jesús, y á Stachîs, amado mío.


AHORA pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme á la carne, mas conforme al espíritu.


Mas de él sois vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, y justificación, y santificación, y redención:


¿Por qué? ¿porque no os amo? Dios lo sabe.


Examinaos á vosotros mismos si estáis en fe; probaos á vosotros mismos. ¿No os conocéis á vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros? si ya no sois reprobados.


De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.


Al que no conoció pecado, hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.


Y no era conocido de vista á las iglesias de Judea, que eran en Cristo;


Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión; sino la fe que obra por la caridad.


El que descendió, él mismo es el que también subió sobre todos los cielos para cumplir todas las cosas.)


He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos: la tierra, y todas las cosas que hay en ella.


Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes á recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.


Por tanto, teniendo un gran Pontífice, que penetró los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.


Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el mismo cielo para presentarse ahora por nosotros en la presencia de Dios.


Yo fuí en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,


Y ella parió un hijo varón, el cual había de regir todas las gentes con vara de hierro: y su hijo fué arrebatado para Dios y á su trono.


Y luego yo fuí en Espíritu: y he aquí, un trono que estaba puesto en el cielo, y sobre el trono estaba uno sentado.


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