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1 Timoteo 6:12 - Biblia Reina Valera 1909

12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, á la cual asimismo eres llamado, habiendo hecho buena profesión delante de muchos testigos.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Pelea la buena batalla por la fe verdadera. Aférrate a la vida eterna a la que Dios te llamó y que declaraste tan bien delante de muchos testigos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Pelea el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y por la que hiciste tu hermosa declaración de fe en presencia de numerosos testigos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual fuiste llamado, y delante de muchos testigos declaraste la buena confesión.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Combate el buen combate de la fe; conquista la vida eterna a la que has sido llamado y de la que has hecho tan bella confesión en presencia de muchos testigos.

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1 Timoteo 6:12
39 Tagairtí Cros  

Está mi alma apegada á ti: Tu diestra me ha sostenido.


Ella es árbol de vida á los que de ella asen: Y bienaventurados son los que la mantienen.


Pasando de ellos un poco, Hallé luego al que mi alma ama: Trabé de él, y no lo dejé, Hasta que lo metí en casa de mi madre, Y en la cámara de la que me engendró.


Este dirá: Yo soy de Jehová; el otro se llamará del nombre de Jacob; y otro escribirá con su mano, A Jehová, y se apellidará con el nombre de Israel.


Y serán como valientes, que en la batalla pisan al enemigo en el lodo de las calles; y pelearán, porque Jehová será con ellos; y los que cabalgan en caballos serán avergonzados.


En palabra de verdad, en potencia de Dios, en armas de justicia a diestro y á siniestro;


Que por la experiencia de esta suministración glorifican á Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la bondad de contribuir para ellos y para todos;


Y llegarás al sacerdote que fuere en aquellos días, y le dirás: Reconozco hoy á Jehová tu Dios que he entrado en la tierra que juró Jehová á nuestros padres que nos había de dar.


Teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís estar en mí.


Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la cual asimismo sois llamados en un cuerpo; y sed agradecidos.


Y os protestábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó á su reino y gloria.


A lo cual os llamó por nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.


Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que, conforme á las profecías pasadas de ti, milites por ellas buena milicia;


Manteniendo la fe y buena conciencia, la cual echando de sí algunos, hicieron naufragio en la fe:


No descuides el don que está en ti, que te es dado por profecía con la imposición de las manos del presbiterio.


Te mando delante de Dios, que da vida á todas las cosas, y de Jesucristo, que testificó la buena profesión delante de Poncio Pilato,


Atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano á la vida eterna.


Que nos salvó y llamó con vocación santa, no conforme á nuestras obras, mas según el intento suyo y gracia, la cual nos es dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,


Y lo que has oído de mí entre muchos testigos, esto encarga á los hombres fieles que serán idóneos para enseñar también á otros.


He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.


Sabed que nuestro hermano Timoteo está suelto; con el cual, si viniere más presto, os iré á ver.


Porque participantes de Cristo somos hechos, con tal que conservemos firme hasta el fin el principio de nuestra confianza;


Para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo, los que nos acogemos á trabarnos de la esperanza propuesta:


No volviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino antes por el contrario, bendiciendo; sabiendo que vosotros sois llamados para que poseáis bendición en herencia.


Mas el Dios de toda gracia, que nos ha llamado á su gloria eterna por Jesucristo, después que hubiereis un poco de tiempo padecido, él mismo os perfeccione, confirme, corrobore y establezca.


Y esta es la promesa, la cual él nos prometió, la vida eterna.


Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos.


Acuérdate pues de lo que has recibido y has oído, y guárda lo, y arrepiéntete. Y si no velares, vendré á ti como ladrón, y no sabrás en qué hora vendré á ti.


Para que al menos el linaje de los hijos de Israel conociese, para enseñarlos en la guerra, siquiera fuese á los que antes no la habían conocido:


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