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1 Samuel 24:10 - Biblia Reina Valera 1909

10 Y dijo David á Saúl: ¿Por qué oyes las palabras de los que dicen: Mira que David procura tu mal?

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Biblia Reina Valera 1960

10 He aquí han visto hoy tus ojos cómo Jehová te ha puesto hoy en mis manos en la cueva; y me dijeron que te matase, pero te perdoné, porque dije: No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Este mismo día puede ver con sus propios ojos que no es verdad. Pues el Señor lo puso a mi merced allí en la cueva, y algunos de mis hombres me dijeron que lo matara, pero yo le perdoné la vida. Pues dije: “Nunca le haré daño al rey; él es el ungido del Señor”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Entonces David dijo a Saúl: '¿Por qué les haces caso a los que te dicen que trato de matarte?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 He aquí, en este mismo día están viendo tus ojos cómo YHVH te ha puesto en mi mano dentro de la cueva; y se habló de matarte, pero se tuvo compasión de ti, pues dije: ¡No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido de YHVH!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Dijo entonces David a Saúl: '¿Por qué das oídos a las habladurías de la gente que te dice: 'Mira que David busca hacerte mal'?'.

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1 Samuel 24:10
10 Tagairtí Cros  

No toquéis, dijo, á mis ungidos, Ni hagáis mal á mis profetas.


Porque no reposará la vara de la impiedad sobre la suerte de los justos; Porque no extiendan los justos sus manos á la iniquidad.


Jehová Dios mío, si yo he hecho esto, Si hay en mis manos iniquidad;


Si dí mal pago al pacífico conmigo, (Hasta he libertado al que sin causa era mi enemigo;)


Mas el que no armó asechanzas, sino que Dios lo puso en sus manos, entonces yo te señalaré lugar al cual ha de huir.


Calumniadores hubo en ti para derramar sangre; y sobre los montes comieron en ti: hicieron en medio de ti suciedades.


No andarás chismeando en tus pueblos. No te pondrás contra la sangre de tu prójimo: Yo Jehová.


Y como llegó á una majada de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella á cubrir sus pies: y David y los suyos estaban á los lados de la cueva.


También David se levantó después, y saliendo de la cueva dió voces á las espaldas de Saúl, diciendo: ¡Mi señor el rey! Y como Saúl miró atrás, David inclinó su rostro á tierra, é hizo reverencia.


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