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1 Pedro 1:17 - Biblia Reina Valera 1909

17 Y si invocáis por Padre á aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conversad en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación:

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Biblia Reina Valera 1960

17 Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Recuerden que el Padre celestial, a quien ustedes oran, no tiene favoritos. Él los juzgará o los recompensará según lo que hagan. Así que tienen que vivir con un reverente temor de él durante su estadía aquí como «residentes temporales».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 El Padre que invocan no hace diferencias entre personas, sino que juzga a cada uno según sus obras; tomen, pues, en serio estos años en que viven fuera de la patria.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Y si invocáis por Padre al que juzga imparcialmente según la obra de cada uno, conducíos con temor todo el tiempo de vuestra peregrinación,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Y si invocáis como Padre al que juzga imparcialmente a cada uno según sus obras, conducíos con temor en el tiempo de vuestra peregrinación,

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1 Pedro 1:17
33 Tagairtí Cros  

Y Jacob respondió á Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado á los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación.


Porque nosotros, extranjeros y advenedizos somos delante de ti, como todos nuestros padres; y nuestros días cual sombra sobre la tierra, y no dan espera.


Sea pues con vosotros el temor de Jehová; guardad y haced: porque en Jehová nuestro Dios no hay iniquidad, ni acepción de personas, ni recibir cohecho.


¿Cuánto menos a aquel que no hace acepción de personas de príncipes, Ni el rico es de él más respetado que el pobre? Porque todos son obras de sus manos.


Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor: No calles á mis lágrimas; Porque peregrino soy para contigo, Y advenedizo, como todos mis padres.


El me llamará: Mi padre eres tú, Mi Dios, y la roca de mi salud.


El sabio teme, y se aparta del mal: Mas el necio se arrebata, y confía.


Bienaventurado el hombre que siempre está temeroso: Mas el que endurece su corazón, caerá en mal.


Yo empero dije: ¿Cómo te pondré por hijos, y te daré la tierra deseable, la rica heredad de los ejércitos de las gentes? Y dije: Padre mío me llamarás, y no te apartarás de en pos de mí.


Por entonces volveré yo á los pueblos el labio limpio, para que todos invoquen el nombre de Jehová, para que de un consentimiento le sirvan.


Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará á cada uno conforme á sus obras.


Y envían á él los discípulos de ellos, con los Herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amador de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te curas de nadie, porque no tienes acepción de persona de hombres.


Vosotros pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.


Bien: por su incredulidad fueron quebradas, mas tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, antes teme.


Gracia y paz á vosotros de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.


Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo, que entre tanto que estamos en el cuerpo, peregrinamos ausentes del Señor;


ASÍ que, amados, pues tenemos tales promesas, limpiémonos de toda inmundicia de carne y de espíritu, perfeccionando la santificación en temor de Dios.


Porque he aquí, esto mismo que según Dios fuisteis contristados, cuánta solicitud ha obrado en vosotros, y aun defensa, y aun enojo, y aun temor, y aun gran deseo, y aun celo, y aun vindicación. En todo os habéis mostrado limpios en el negocio.


Empero de aquellos que parecían ser algo (cuáles hayan sido algún tiempo, no tengo que ver; Dios no acepta apariencia de hombre), á mí ciertamente los que parecían ser algo, nada me dieron.


Que el Dios del Señor nuestro Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación para su conocimiento;


Por esta causa doblo mis rodillas al Padre de nuestro Señor Jesucristo,


Y vosotros, amos, haced á ellos lo mismo, dejando las amenazas: sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que no hay acepción de personas con él.


Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses, y Señor de señores, Dios grande, poderoso, y terrible, que no acepta persona, ni toma cohecho;


Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor;


Mas el que hace injuria, recibirá la injuria que hiciere; que no hay acepción de personas.


Así que, tomando el reino inmóvil, retengamos la gracia por la cual vamos á Dios agradándole con temor y reverencia;


TEMAMOS, pues, que quedando aún la promesa de entrar en su reposo, parezca alguno de vosotros haberse apartado.


Amados, yo os ruego como á extranjeros y peregrinos, os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,


Sino santificad al Señor Dios en vuestros corazones, y estad siempre aparejados para responder con masedumbre y reverencia á cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros:


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