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1 Juan 2:27 - Biblia Reina Valera 1909

27 Pero la unción que vosotros habéis recibido de él, mora en vosotros, y no tenéis necesidad que ninguno os enseñe; mas como la unción misma os enseña de todas cosas, y es verdadera, y no es mentira, así como os ha enseñado, perseveraréis en él.

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Biblia Reina Valera 1960

27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 Ustedes han recibido al Espíritu Santo, y él vive dentro de cada uno de ustedes, así que no necesitan que nadie les enseñe lo que es la verdad. Pues el Espíritu les enseña todo lo que necesitan saber, y lo que él enseña es verdad, no mentira. Así que, tal como él les ha enseñado, permanezcan en comunión con Cristo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 pues en ustedes permanece la unción que recibieron de Jesucristo, y no necesitan que nadie venga a enseñarles. El les ha dado la unción, y ella les enseña todo; ella es verdad y no mentira. Así, pues, quédense con lo que les ha enseñado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Aunque en cuanto a vosotros, la unción que de Él habéis recibido, permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que° nadie os enseñe, sino que así como su unción° os enseña todas las cosas, y es verdad y no es mentira, así como ella os enseñó, permaneced en Él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 En cuanto a vosotros, la unción que de él recibisteis permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os enseñe. Y dado que su unción os enseña todas las cosas -y es verdad y no mentira-, permaneced en él tal como él os ha enseñado.

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1 Juan 2:27
28 Tagairtí Cros  

Los hombres malos no entienden el juicio: Mas los que buscan á Jehová, entienden todas las cosas.


Esta es por la unción de Aarón y la unción de sus hijos, la parte de ellos en las ofrendas encendidas á Jehová, desde el día que él los allegó para ser sacerdotes de Jehová:


Y su ofrenda, un plato de plata de ciento y treinta siclos de peso, un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario; ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para presente;


Y él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros es concedido saber los misterios del reino de los cielos; mas á ellos no es concedido.


Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:


Al Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce: mas vosotros le conocéis; porque está con vosotros, y será en vosotros.


Mas el Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho.


Pero cuando viniere aquel Espíritu de verdad, él os guiará á toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir.


Mas el que bebiere del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed: mas el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.


Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados de Dios. Así que, todo aquel que oyó del Padre, y aprendió, viene á mí.


Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado;


Lo cual también hablamos, no con doctas palabras de humana sabiduría, mas con doctrina del Espíritu, acomodando lo espiritual á lo espiritual.


Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios;


Si empero lo habéis oído, y habéis sido por él enseñados, como la verdad está en Jesús,


Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él:


Por lo cual, también nosotros damos gracias á Dios sin cesar, de que habiendo recibido la palabra de Dios que oísteis de nosotros, recibisteis no palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, el cual obra en vosotros los que creísteis.


Mas acerca de la caridad fraterna no habéis menester que os escriba: porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis los unos á los otros;


De lo que yo soy puesto por predicador y apóstol, (digo verdad en Cristo, no miento) doctor de los Gentiles en fidelidad y verdad.


Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios, que vive y permanece para siempre.


Y ahora, hijitos, perseverad en él; para que cuando apareciere, tengamos confianza, y no seamos confundidos de él en su venida.


Y el que guarda sus mandamientos, está en él, y él en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.


Por la verdad que está en nosotros, y será perpetuamente con nosotros:


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