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1 Juan 2:13 - Biblia Reina Valera 1909

13 Os escribo á vosotros, padres, porque habéis conocido á aquel que es desde el principio. Os escribo á vosotros, mancebos, porque habéis vencido al maligno. Os escribo á vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Les escribo a ustedes, los que son maduros en la fe, porque conocen a Cristo, quien existe desde el principio. Les escribo a ustedes, los que son jóvenes en la fe, porque han ganado la batalla contra el maligno.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Esto les escribo, padres: ustedes conocen al que es desde el principio. Esto les escribo, jóvenes: ustedes han vencido al Maligno.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Os escribo, padres, porque habéis conocido al que es desde un principio. Os escribo, jóvenes, porque habéis vencido al maligno.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Os escribo, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os escribo, jóvenes, porque habéis vencido al maligno.

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1 Juan 2:13
36 Tagairtí Cros  

Los mancebos y también las doncellas; Los viejos y los niños,


Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Y desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.


Por cuanto en mí ha puesto su voluntad, yo también lo libraré: Pondrélo en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.


La gloria de los jóvenes es su fortaleza, Y la hermosura de los viejos la vejez.


Y será que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros viejos soñarán sueños, y vuestros mancebos verán visiones.


Porque ¡cuánta es su bondad, y cuánta su hermosura! El trigo alegrará á los mancebos, y el vino á las doncellas.


Todas las cosas me son entregadas de mi Padre: y nadie conoció al Hijo, sino el Padre; ni al Padre conoció alguno, sino el Hijo, y aquel á quien el Hijo lo quisiere revelar.


Oyendo cualquiera la palabra del reino, y no entendiéndola, viene el malo, y arrebata lo que fué sembrado en su corazón: éste es el que fué sembrado junto al camino.


Y el campo es el mundo; y la buena simiente son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo;


Mas sea vuestro hablar: Sí, sí; No, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.


Todas las cosas me son entregadas de mi Padre: y nadie sabe quién sea el Hijo sino el Padre; ni quién sea el Padre, sino el Hijo, y á quien el Hijo lo quisiere revelar.


Si me conocieseis, también á mi Padre conocierais: y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.


Jesús le dice: ¿Tanto tiempo ha que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?


Y estas cosas os harán, porque no conocen al Padre ni á mí.


Estas cosas os he hablado, para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: mas confiad, yo he vencido al mundo.


Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa: para que el mundo crea que tú me enviaste.


Esta empero es la vida eterna: que te conozcan el solo Dios verdadero, y á Jesucristo, al cual has enviado.


Y decíanle: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni á mí me conocéis, ni á mi Padre; si á mí me conocieseis, á mi Padre también conocierais.


Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.


NO reprendas al anciano, sino exhórtale como á padre: á los más jóvenes, como á hermanos;


Exhorta asimismo á los mancebos á que sean comedidos;


LO que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos mirado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida;


HIJITOS míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, á Jesucristo el justo;


Os escribo á vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os son perdonados por su nombre.


Os he escrito á vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito á vosotros, mancebos, porque sois fuertes, y la palabra de Dios mora en vosotros, y habéis vencido al maligno.


No como Caín, que era del maligno, y mató á su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.


Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque el que en vosotros está, es mayor que el que está en el mundo.


Sabemos que cualquiera que es nacido de Dios, no peca; mas el que es engendrado de Dios, se guarda á sí mismo, y el maligno no le toca.


Empero sabemos que el Hijo de Dios es venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero: y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.


Y ellos le han vencido por la sangre del Cordero, y por la palabra de su testimonio; y no han amado sus vidas hasta la muerte.


El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias. Al que venciere, daré á comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.


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