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1 Corintios 6:11 - Biblia Reina Valera 1909

11 Y esto erais algunos: mas ya sois lavados, mas ya sois santificados, mas ya sois justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Algunos de ustedes antes eran así; pero fueron limpiados; fueron hechos santos; fueron hechos justos ante Dios al invocar el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Tal fue el caso de algunos de ustedes, pero han sido lavados, han sido santificados y rehabilitados por el Nombre de Cristo Jesús, el Señor, y por el Espíritu de nuestro Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y esto erais algunos, pero os lavasteis, pero fuisteis apartados para Dios, pero fuisteis declarados justos en el nombre del Señor Jesús, el Mesías° por el Espíritu de nuestro Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Y esto erais algunos; pero fuisteis lavados, fuisteis consagrados a Dios pero fuisteis justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.

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1 Corintios 6:11
52 Tagairtí Cros  

Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.


Purifícame con hisopo, y será limpio: Lávame, y seré emblanquecido más que la nieve.


Hay generación limpia en su opinión, Si bien no se ha limpiado su inmundicia.


Lavad, limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de ante mis ojos; dejad de hacer lo malo:


En Jehová será justificada y se gloriará toda la generación de Israel.


Del trabajo de su alma verá y será saciado; con su conocimiento justificará mi siervo justo á muchos, y él llevará las iniquidades de ellos.


Lava de la malicia tu corazón, oh Jerusalem, para que seas salva. ¿Hasta cuándo dejarás estar en medio de ti los pensamientos de iniquidad?


Y esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.


Mas si entrare el sacerdote y mirare, y viere que la plaga no se ha extendido en la casa después que fué encostrada, el sacerdote dará la casa por limpia, porque la plaga ha sanado.


Entonces Moisés hizo llegar á Aarón y á sus hijos, y lavólos con agua.


Y les dijo: Id también vosotros á mi viña, y os daré lo que fuere justo. Y ellos fueron.


Os digo que éste descendió á su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se ensalza, será humillado; y el que se humilla, será ensalzado.


Dícele Jesús: El que está lavado, no necesita sino que lave los pies, mas está todo limpio: y vosotros limpios estáis, aunque no todos.


Dícele Pedro: No me lavarás los pies jamás. Respondióle Jesús: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.


Porque un ángel descendía á cierto tiempo al estanque, y revolvía el agua; y el que primero descendía en el estanque después del movimiento del agua, era sano de cualquier enfermedad que tuviese.


Y de todo lo que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en éste es justificado todo aquel que creyere.


Ahora pues, ¿por qué te detienes? Levántate, y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre.


Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas á la luz, y de la potestad de Satanás á Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, remisión de pecados y suerte entre los santificados.


Siendo justificados gratuitamente por su gracia por la redención que es en Cristo Jesús;


Mas al que no obra, pero cree en aquél que justifica al impío, la fe le es contada por justicia.


JUSTIFICADOS pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo:


Luego mucho más ahora, justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.


Y á los que predestinó, á éstos también llamó; y á los que llamó, á éstos también justificó; y á los que justificó, á éstos también glorificó.


¿Quién acusará á los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.


A la iglesia de Dios que está en Corinto, santificados en Cristo Jesús, llamados santos, y á todos los que invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo en cualquier lugar, Señor de ellos y nuestro:


Mas de él sois vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, y justificación, y santificación, y redención:


Sabéis que cuando erais Gentiles, ibais, como erais llevados, a los ídolos mudos.


Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para que fuésemos justificados por la fe de Cristo, y no por las obras de la ley; por cuanto por las obras de la ley ninguna carne será justificada.


Mas por cuanto por la ley ninguno se justifica para con Dios, queda manifiesto: Que el justo por la fe vivirá.


De manera que la ley nuestro ayo fué para llevarnos á Cristo, para que fuésemos justificados por la fe.


Y viendo antes la Escritura que Dios por la fe había de justificar á los Gentiles, evangelizó antes á Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones.


Para santificarla limpiándola en el lavacro del agua por la palabra,


Porque en otro tiempo erais tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor: andad como hijos de luz,


Mas nosotros debemos dar siempre gracias á Dios por vosotros, hermanos amados del Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salud, por la santificación del Espíritu y fe de la verdad:


Lleguémonos con corazón verdadero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua limpia.


¿Cuánto pensáis que será más digno de mayor castigo, el que hollare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del testamento, en la cual fué santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?


Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos: por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,


Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sea multiplicada.


Habiendo purificado vuestras almas en la obediencia de la verdad, por el Espíritu, en caridad hermanable sin fingimiento, amaos unos á otros entrañablemente de corazón puro:


A la figura de la cual el bautismo que ahora corresponde nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como demanda de una buena conciencia delante de Dios,) por la resurrección de Jesucristo:


Os escribo á vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os son perdonados por su nombre.


Y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre,


Y yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han venido de grande tribulación, y han lavado sus ropas, y las han blanqueado en la sangre del Cordero.


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