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1 Corintios 3:18 - Biblia Reina Valera 1909

18 Nadie se engañe á sí mismo: si alguno entre vosotros parece ser sabio en este siglo, hágase simple, para ser sabio.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Dejen de engañarse a sí mismos. Si piensan que son sabios de acuerdo con los criterios de este mundo, necesitan volverse necios para ser verdaderamente sabios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Que nadie se engañe. Si uno es sabio según el mundo y pasa por tal entre ustedes, que se haga tonto y llegará a ser sabio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Nadie se engañe a sí mismo. Si alguno entre vosotros piensa ser sabio en el tiempo presente, hágase necio para llegar a ser sabio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Que nadie se llame a engaño. Si alguno entre vosotros se tiene por sabio según este mundo, que se haga necio para hacerse sabio;

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1 Corintios 3:18
29 Tagairtí Cros  

¿Has visto hombre sabio en su opinión? Más esperanza hay del necio que de él.


Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no estribes en tu prudencia.


No seas sabio en tu opinión: Teme á Jehová, y apártate del mal;


Ahora pues, hijos, oidme, Y no os apartéis de las razones de mi boca.


De ceniza se apacienta; su corazón engañado le desvía, para que no libre su alma, ni diga: ¿No hay una mentira á mi mano derecha?


¡Ay de los sabios en sus ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!


Así ha dicho Jehová: No engañéis vuestras almas, diciendo: Sin duda los Caldeos se han ido de nosotros: porque no se irán.


¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Jehová es con nosotros? Ciertamente, he aquí que en vano se cortó la pluma, por demás fueron los escribas.


Y el que fué sembrado en espinas, éste es el que oye la palabra; pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas, ahogan la palabra, y hácese infructuosa.


Así que, cualquiera que se humillare como este niño, éste es el mayor en el reino de los cielos.


De cierto os digo, que el que no recibiere el reino de Dios como un niño, no entrará en él.


De cierto os digo, que cualquiera que no recibiere el reino de Dios como un niño, no entrará en él.


El entonces dijo: Mirad, no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy; y, el tiempo está cerca: por tanto, no vayáis en pos de ellos.


Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis acerca de vosotros mismos arrogantes: que el endurecimiento en parte ha acontecido en Israel, hasta que haya entrado la plenitud de los Gentiles;


Unánimes entre vosotros: no altivos, mas acomodándoos á los humildes. No seáis sabios en vuestra opinión.


No erréis: las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.


Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal: porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.


Nosotros necios por amor de Cristo, y vosotros prudentes en Cristo; nosotros flacos, y vosotros fuertes; vosotros nobles, y nosotros viles.


¿No sabéis que los injustos no poseerán el reino de Dios? No erréis, que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,


Porque el que estima de sí que es algo, no siendo nada, á sí mismo se engaña.


No os engañeis: Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.


Nadie os engañe con palabras vanas; porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.


Mas los malos hombres y los engañadores, irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.


Porque también éramos nosotros necios en otro tiempo, rebeldes, extraviados, sirviendo á concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y en envidia, aborrecibles, aborreciendo los unos á los otros.


Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos.


Si alguno piensa ser religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino engañando su corazón, la religión del tal es vana.


Si dijéremos que no tenemos pecado, nos engañamos á nosotros mismos, y no hay verdad en nosotros.


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