Job 21 - Biblia Lenguaje Básico

IV. Tercer diálogo entre Job y sus amigos (21–27) Sexta respuesta de Job

¹ Job respondió así a Sofar:

² —Para mí sería un gran consuelo que me prestarais atención.

³ Tened paciencia mientras hablo, y una vez que haya terminado, podréis burlaros de mí.

⁴ Si he perdido la paciencia, es porque mi queja va contra Dios.

⁵ Escuchadme con atención y quedaréis asombrados.

^6-7 No entiendo por qué los malvados llegan a viejos llenos de poder. Mientras más pienso en esto, más me asusto y me da escalofríos.

^8-9 Como Dios nunca los castiga, no tienen miedo de nada; viven tranquilos en sus casas, viendo prosperar a sus hijos y crecer a sus nietos.

¹⁰ Sus toros y sus vacas tienen muchos terneros; ninguna de sus crías se pierde.

¹¹ Sus niños corren y juegan como los corderos en el prado;

¹² cantan y bailan alegres al son de arpas, flautas y tambores.

¹³ Durante toda su vida, los malvados gozan de gran bienestar, y al final tienen una muerte tranquila.

¹⁴ Piden a Dios que los deje en paz y se niegan a obedecerlo.

¹⁵ No creen estar obligados a respetar al Dios todopoderoso, ni a dirigirle sus oraciones.

¹⁶ Se creen dueños de su felicidad; yo, sin embargo, no pienso como ellos.

¹⁷ Nunca se ha visto que los malvados mueran antes de tiempo. Nunca se ha visto que sobre ellos haya venido algún desastre. Nunca Dios se ha enfadado tanto como para hacerlos sufrir.

¹⁸ Nunca se ha visto que el viento se los lleve como a la paja.

¹⁹ ¡No me vengáis con que Dios castiga únicamente a sus hijos! ¿Por qué no castiga a los malvados para que así aprendan la lección?

²⁰ ¡Que sufran en carne propia la desgracia, y tengan que aguantar la ira del Todopoderoso!

²¹ ¿Qué les puede importar su familia cuando su vida ha llegado a su fin?

²² A Dios nadie le enseña nada; él es el juez de todos, ¡aun de la gente más importante!

^23-24 Algunos mueren en plena juventud, cuando se sienten felices y tranquilos, gordos y llenos de salud;

²⁵ otros mueren amargados y sin haber disfrutado de nada,

²⁶ pero a todos iguala la tumba y todos son comidos por gusanos.

²⁷ Sé bien lo que pensáis y que solo queréis hacerme daño.

²⁸ Seguro que os preguntáis: «¿Dónde quedaron los palacios que tenía ese rico malvado?».

²⁹ ¿Por qué no preguntáis a quienes viajan a ver qué es lo que os dicen?

³⁰ Los malvados siempre se libran del castigo de Dios.

³¹ Nunca nadie los reprende, nunca nadie les da su merecido;

^32-33 y cuando se mueren, mucha gente va al entierro. Luego hacen guardia en su tumba, ¡y la tierra los recibe con cariño!

³⁴ ¿Y todavía esperáis consolarme con vuestras palabras sin sentido? ¡Es falso todo lo que habéis dicho!