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Job 1 - Biblia Lenguaje Básico


I. Introducción (1–2) ¿Quién era Job?

1 Había una vez, en cierto país llamado Hus, un hombre muy bueno y honrado. Siempre obedecía a Dios en todo y evitaba hacer lo malo. Se llamaba Job,

2-3 y era el hombre más rico de oriente. Tenía siete hijos y tres hijas, y muchos esclavos a su servicio. Además, era dueño de siete mil ovejas, tres mil camellos, mil bueyes y quinientas burras.

4 Los hijos de Job hacían grandes fiestas, turnándose entre ellos, y siempre invitaban a sus tres hermanas para que comieran y bebieran con ellos.

5 Después de cada fiesta, Job llamaba a sus hijos y celebraba una ceremonia para pedirle a Dios que les perdonara cualquier pecado que pudieran haber cometido. Se levantaba muy temprano y le presentaba a Dios una ofrenda por cada uno de sus hijos. Job hacía esto pensando que tal vez sus hijos podrían haber ofendido a Dios o pecado contra él. Para Job, esto se había convertido en una costumbre.


El ángel acusador

6 Un día en que los ángeles se presentaron ante Dios, llegó también el ángel acusador.

7 Y Dios le dijo: —¿De dónde vienes? Y este le contestó: —Vengo de recorrer toda la tierra. Entonces Dios le preguntó:

8 —¿Qué piensas de Job, mi fiel servidor? No hay en toda la tierra nadie tan bueno como él. Siempre me obedece en todo y evita hacer lo malo.

9 El ángel acusador respondió: —¡Por supuesto! ¡Pero si Job te obedece, es por puro interés!

10 Tú siempre lo proteges a él y a su familia; cuidas todo lo que tiene, y bendices lo que hace. ¡Sus vacas y ovejas llenan la región!

11 Pero yo te aseguro que si lo maltratas y le quitas lo que tiene, ¡te maldecirá en tu propia cara!

12 Entonces Dios dijo al acusador: —Muy bien, haz lo que quieras con todo lo que tiene, pero a él ni lo toques. Dicho esto, el ángel acusador se retiró de la presencia de Dios.


Primeras pruebas de Job

13-14 Un día, mientras los hijos y las hijas de Job celebraban una fiesta en casa del hermano mayor, llegó un mensajero a decirle a Job: —Estábamos nosotros arando con los bueyes mientras las burras pastaban por allí cerca,

15 cuando unos bandidos de la región de Sabá nos atacaron, mataron a las personas y robaron los animales. Solo yo pude escapar para darte la noticia.

16 Todavía estaba hablando ese hombre cuando otro mensajero llegó y le dijo a Job: —¡Un rayo acaba de matar a las ovejas y a los pastores! ¡Solo yo pude escapar para darte la noticia!

17 Aún no había terminado de hablar ese hombre cuando otro mensajero llegó y le dijo: —¡Tres grupos de bandidos de la región de Caldea nos atacaron, mataron a los criados y se llevaron los camellos! ¡Solo yo pude escapar para darte la noticia!

18 Todavía estaba hablando ese hombre cuando un cuarto mensajero llegó y le dijo a Job: —Todos tus hijos estaban celebrando una fiesta en casa del hermano mayor.

19 De repente, vino un fuerte viento del desierto y derribó la casa. ¡Todos tus hijos murieron aplastados! ¡Solo yo pude escapar para darte la noticia!

20 En cuanto Job oyó esto, se puso de pie y rasgó su ropa en señal de dolor; luego se rasuró la cabeza y se inclinó hasta el suelo en actitud de adoración,

21 diciendo: «Nada he traído a este mundo y nada me voy a llevar. ¡Bendigo a Dios cuando da y bendigo a Dios cuando quita!».

22 Y a pesar de todo lo que le había sucedido, Job no ofendió a Dios ni le echó la culpa.

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