Deuteronomio 8 - Biblia Lenguaje BásicoLa buena tierra que Dios da a su pueblo 1 Moisés continuó diciendo: —Esforzaos en cumplir todos los mandamientos que en este día os doy, para que podáis vivir en la tierra que Dios prometió dar a vuestros antepasados. Si los cumplís, seréis los dueños de esa tierra y llegaréis a ser un pueblo numeroso. 2 No olvidéis todo lo que os ha ocurrido desde que salisteis de Egipto hasta llegar a este lugar atravesando el desierto. Durante cuarenta años Dios os ha hecho sufrir, para saber si sois sinceros y estáis dispuestos a obedecer sus mandatos. 3 Os ha hecho pasar hambre, pero os ha dado a comer pan del cielo, un alimento que ni vosotros ni vuestros antepasados conocieron. De esta manera Dios quiso enseñaros que, aunque os falte el alimento, podéis confiar en sus promesas y en su palabra, y tener vida. 4 Durante cuarenta años habéis estado caminando y, sin embargo, jamás vuestras ropas envejecieron ni vuestros pies se hincharon. 5 Reconoced, pues, que si Dios os corrigió, lo hizo porque os ama, como un padre ama a su hijo. 6 Por lo tanto, respetadlo en todo momento y cumplid todos sus mandamientos. 7 Mirad que Dios os va a llevar a una tierra excelente, una tierra llena de arroyos, fuentes y manantiales que brotan de los valles y las montañas. 8 Esa tierra produce trigo, cebada, higos, uvas, granados y aceitunas, y hay también mucho aceite y mucha miel. 9 Allí nunca os faltará de comer, ni nada que podáis necesitar. De sus montañas sacaréis cobre, y de sus rocas sacaréis hierro. 10 Pero una vez que hayáis comido y quedéis satisfechos, no os olvidéis de dar gracias a Dios por tan excelente tierra. Invitación a no olvidarse de Dios 11 No os olvidéis de vuestro Dios. Obedeced todos los mandamientos que en este día os doy. 12-14 Es fácil olvidarse de Dios cuando todo marcha bien, cuando uno está satisfecho y tiene abundante comida; cuando tiene una buena casa y mucho ganado, oro y plata. Pero cuando la gente tiene todo lo que quiere, se vuelve orgullosa y se olvida de Dios. No seáis vosotros así; al contrario, recordad que fue vuestro Dios quien os sacó de Egipto, donde erais esclavos. 15 Fue él quien os guio por un grande y terrible desierto, lleno de serpientes venenosas y de escorpiones; y, sin embargo, nada os pasó. No olvidéis cómo sacó agua de una roca, cuando os moríais de sed y no teníais nada que beber. 16 No olvidéis tampoco que en pleno desierto os dio de comer pan del cielo, un alimento que vuestros antepasados no conocieron. Tened presente que Dios os envió todas esas pruebas para vuestro bien. 17 Si olvidáis esto, tal vez lleguéis a pensar que todo lo que tenéis y disfrutáis lo habéis conseguido con vuestro propio esfuerzo. 18 Más bien, debéis recordar que fue Dios quien os dio todo eso, y que lo hizo para cumplir la promesa que dio a vuestros antepasados. 19 Yo os aseguro que si os olvidáis de Dios, moriréis. 20 Si sois desobedientes, Dios os destruirá, al igual que lo hará con los pueblos a los que os vais a enfrentar. |