Deuteronomio 25 - Biblia Martin Nieto1 Si dos hombres tienen un pleito, se presentarán al tribunal, que decidirá sobre ellos: se absolverá al justo y se condenará al culpable. 2 Si el culpable merece ser azotado, el juez le obligará a echarse en tierra y le hará azotar en su presencia con un determinado número de golpes proporcionado a su delito. 3 Podrá darle hasta cuarenta golpes, pero no más, para que no sufra un castigo demasiado duro y se sienta humillado ante vosotros. 4 No pongas bozal al buey mientras está trillando. 5 Si dos hermanos viven juntos y uno de ellos muere sin hijos, la viuda no se casará con un extraño. Su cuñado se casará con ella, cumpliendo sus deberes de cuñado; 6 y el primogénito que ella dé a luz llevará el nombre del hermano muerto, para que su memoria no desaparezca de Israel. 7 Pero si el hermano no quiere casarse con su cuñada, ésta se presentará en las puertas de la ciudad a los ancianos y les dirá: Mi cuñado no quiere mantener vivo en Israel el nombre de su hermano; no quiere cumplir conmigo sus deberes de cuñado. 8 Los ancianos de la ciudad lo llamarán y le hablarán. Si persiste en su negativa, diciendo: No quiero casarme con ella, 9 la cuñada se acercará a él y, en presencia de los ancianos, le quitará la sandalia del pie, y escupiéndole en la cara, dirá: Esto se hace con el hombre que no quiere dar descendencia a su hermano. 10 Y su casa será llamada en Israel la casa del descalzo. 11 Cuando dos hermanos se están pegando, si se acerca la mujer de uno de ellos y, para librar a su marido de las manos del que le golpea, agarra a éste por sus partes, 12 le cortarás la mano sin compasión alguna. 13 No tendrás en tu saco dos pesos, uno grande y otro pequeño. 14 No habrá en tu casa dos medidas, una grande y otra pequeña. 15 Tendrás pesos exactos y cabales; y lo mismo serán tus medidas, para que sean largos tus días sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te da. 16 Porque el Señor, tu Dios, odia a quien hace tales cosas y practica el fraude. 17 Recuerda lo que te hizo Amalec cuando estabais en camino después de la salida de Egipto: 18 cómo sin temer a Dios te asaltó en el camino e hirió por la espalda a los que estaban débiles y se habían quedado rezagados, cuando ibas cansado y extenuado. 19 Por eso, cuando el Señor, tu Dios, te haya puesto a seguro de todos tus enemigos que te rodean, en la tierra que está para darte en heredad, borrarás el recuerdo de Amalec de debajo del cielo. No lo olvides. |
Evaristo Martín Nieto©