Salmos 71 - Nueva Biblia Española (1975)1 A ti, Señor, me acojo: que no quede derrotado para siempre; 2 tú, que eres justo, líbrame y ponme a salvo, 3 préstame oído y sálvame: sé tú mi roca de refugio siempre accesible; da orden de salvarme, que mi peña y mi alcázar eres tú. 4 Dios mío, líbrame de la mano perversa, del puño criminal y violento; 5 porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. 6 En el vientre materno ya me apoyaba en ti; en el seno tú me sostenías, siempre he confiado en ti. 7 Muchos me miraban como a un milagro, porque tú eres mi fuerte refugio. 8 Llena estaba mi boca de tu alabanza y de tu gloria todo el día. 9 No me rechaces ahora en la vejez; cuando me faltan las fuerzas, no me abandones; 10 porque mis enemigos hablan de mí, los que acechan mi vida celebran consejo; 11 dicen: 'Dios lo ha abandonado; persíganlo, agárrenlo, que nadie lo defiende'. 12 Dios mío, no te quedes a distancia; Dios mío, ven aprisa a socorrerme. 13 Que fracasen y se pierdan los que atentan contra mi vida, queden cubiertos de oprobio y vergüenza los que buscan mi daño. 14 Yo, en cambio, seguiré esperando, redoblaré tus alabanzas, 15 mi boca hablará de tu justicia, todo el día de tu salvación. 16 Aunque no sé expresarme, entraré en tu fortaleza; a proclamar, Señor, que sólo tú eres justo. 17 Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas; 18 ahora, en la vejez y las canas no me abandones, Dios mío, hasta que describa tu brazo a la nueva generación; 19 tu fortaleza, tu victoria excelsa, las hazañas que realizaste: oh Dios, ¿quién como tú? 20 Me hiciste pasar por peligros, muchos y graves; me harás revivir alzándome de las simas de la tierra; 21 acrecerás mi dignidad, de nuevo me consolarás; 22 y yo te daré gracias, Dios mío, con el arpa, por tu lealtad; tañeré para ti la cítara, Santo de Israel; 23 te aclamarán mis labios, Señor, y mi aliento que tú redimiste; 24 mi lengua todo el día hablará de tu justicia, porque fueron derrotados y afrentados los que buscaban mi daño. |
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.