Salmos 41 - Nueva Biblia Española (1975)

¹ Dichoso el que cuida del desvalido, en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.

² El Señor lo guardará y lo conservará en vida para que sea dichoso en la tierra, y no lo entregará a la saña de sus enemigos.

³ El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor, calmará los dolores de su enfermedad.

⁴ Yo dije: 'Señor, ten misericordia, sáname, porque he pecado contra ti'.

⁵ Mis enemigos me maldicen: '¡Cuándo se morirá y se acabará su apellido!'.

⁶ El que viene a verme habla con fingimiento, disimula su mala intención, y cuando sale fuera, la dice.

⁷ Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí,

⁸ hacen cálculos siniestros: 'Padece un mal sin remedio, se acostó para no levantarse'.

⁹ Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba y que compartía mi pan, es el primero en traicionarme.

¹⁰ Pero tú, Señor, apiádate de mí, haz que pueda levantarme para darles su merecido.

¹¹ En esto conozco que me amas: en que mi enemigo no canta victoria.

¹² A mí, en cambio, me conservas la salud, me mantienes siempre en tu presencia. •

¹³ ¡Bendito el Señor, Dios de Israel, ahora y por siempre! Amén, amén'.