Salmos 10 - Nueva Biblia Española (1975)1 Señor, infúndeles terror, y aprendan los pueblos que no son más que hombres. 2 ¿Por qué te quedas lejos, Señor, y te escondes en el momento del aprieto? 3 La soberbia del malvado oprime al infeliz: ¡que se enrede en las intrigas que ha tramado! 4 El malvado se jacta de su ambición, el codicioso desprecia y maldice al Señor; 5 el malvado dice con insolencia: 'No hay Dios que me pida cuentas'. 6 La intriga retuerce siempre sus caminos, no alcanza a comprender tus juicios y desafía a sus rivales; 7 se dice: 'No tropezaré jamás, seré feliz, sin desgracias'. 8 Su boca está llena de engaños y fraudes, su lengua esconde maldad y opresión; 9 en el corral se agazapa para matar a escondidas al inocente; sus ojos espían al pobre, 10 acecha en su escondrijo como león en su guarida, acecha al desgraciado para secuestrarlo, secuestra al desgraciado, lo arrastra en su red; 11 se agacha y se encoge y con violencia se apodera del inocente; 12 pensando: 'Dios se olvida, se tapa la cara, nunca se enterará'. 13 Levántate, Señor, extiende la mano, no te olvides de los humildes; 14 ¿por qué ha de despreciar a Dios el malvado pensando que no le pedirá cuentas? 15 Pero tú ves las penas y los trabajos, tú los miras y los tomas en tus manos; a ti se encomienda el pobre, tú eres el socorro del huérfano. 16 Rómpele el brazo al malvado, pídele cuentas de su maldad hasta que desaparezca. 17 El Señor reinará eternamente y los paganos desaparecerán de su tierra. 18 Señor, tú atiendes a los deseos de los humildes, les prestas oído y los animas; |
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.