Proverbios 27 - Nueva Biblia Española (1975)1 No te gloríes del mañana, no sabes lo que engendra el día. 2 Que te alabe el extraño, y no tu boca; el desconocido, y no tus labios. 3 Peso de piedra, carga de arena: más pesado el mal genio del necio. 4 Cruel es la cólera; la ira, arrolladora; pero ¿quién resistirá a los celos? 5 Más vale reprensión abierta que amistad encubierta. 6 Franco es el golpe del amigo, falaz el beso del enemigo. 7 Estómago harto pisotea el panal, a estómago hambriento lo amargo le es dulce. 8 Pájaro escapado del nido es el vagabundo lejos de su hogar. 9 Perfume e incienso alegran el corazón, el consejo del amigo endulza el ánimo, 10 No abandones al amigo tuyo y de tu padre: en la desgracia no tendrás que ir a casa de tu hermano. Más vale vecino cerca que hermano lejos. 11 Ten juicio, hijo mío; dame esta alegría, y podré responder a quien me afrenta. 12 El sagaz ve el peligro y se esconde, el infeliz sigue adelante y lo paga. 13 Acepta la ropa de quien la dio en prenda por un extraño y queda empeñado por un desconocido. 14 Quien saluda al vecino de madrugada y a voces es como si lo maldijera. 15 Gotera continua en día de chaparrón y mujer pendenciera hacen pareja: 16 quien la sujeta, sujeta el viento y recoge aceite en la mano'. 17 El hierro afila al hierro, el hombre el perfil de su prójimo. 18 Quien guarda una higuera comerá higos, quien respeta a su patrón recibirá honores. 19 Como el rostro se refleja en el agua, así el hombre en su conciencia. 20 Infierno y Abismo son insaciables, insaciables son los ojos del hombre. 21 La plata en el horno, el oro en el crisol, y el hombre en la boca que lo alaba. 22 Aunque machaques al necio con la mano del almirez no le quitarás su necedad. 23 Observa bien el aspecto de tus ovejas y fíjate en tus rebaños; 24 porque la fortuna no dura siempre ni las riquezas de edad en edad. 25 Apunta la hierba, asoma el césped y se recoge el pasto de los montes. 26 Las ovejas te dan vestido, los cabritos el precio de un campo, 27 las cabras leche para alimentarte a ti y a tu familia y mantener a tus sirvientas. |
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.