2 Crónicas 1 - Nueva Biblia Española (1975)1 Salomón, hijo de David, se afianzó en el trono, pues el Señor, su Dios, estaba con él y lo engrandeció. 2 Después de hablar con los israelitas, con los jefes y oficiales, los jueces, los príncipes y todos los cabezas de familia, 3 Salomón y toda la comunidad con él se dirigieron a la ermita de Guibeón, donde estaba la tienda del encuentro con Dios, la que había hecho en el desierto Moisés, siervo de Dios. 4 (En cuanto al arca de Dios, David la había llevado desde Villasotos al lugar que le había preparado, porque le había alzado una tienda en Jerusalén. 5 El altar de bronce que había hecho Besalel, hijo de Urí, hijo de Jur, también se encontraba allí, delante del santuario del Señor. 6 Salomón y la comunidad lo consultaban). Subió Salomón al lugar donde se hallaba el altar de bronce -el que está en presencia del Señor, delante de la tienda del encuentro- y ofreció sobre él mil holocaustos. 7 Aquella noche, Dios se apareció a Salomón y le dijo: Pídeme lo que quieras. 8 Salomón respondió a Dios: Tú trataste con gran misericordia a mi padre, David, y me has nombrado sucesor suyo. 9 Pues bien, Señor Dios, mantén la promesa que hiciste a mi padre, David, porque tú has sido quien me ha hecho reinar sobre un pueblo numeroso como el polvo de la tierra. 10 Dame ciencia y sabiduría para dirigir a este pueblo. De lo contrario, ¿quién podría gobernar a este pueblo tuyo tan numeroso? 11 Contestó Dios a Salomón: Por haber sido ése tu deseo, en vez de pedirme riquezas, bienes, gloria, la muerte de tus enemigos o una larga vida; por haber pedido ciencia y sabiduría para gobernar a mi pueblo, del que te he constituido rey, 12 se te concede la sabiduría y la ciencia, y también riquezas, bienes y gloria como no la han tenido los reyes que te precedieron ni la tendrán tus sucesores. 13 Salomón salió de la tienda del encuentro y volvió desde la ermita de Guibeón a Jerusalén, donde reinó en Israel. 14 Salomón juntó carros y caballos. Llegó a tener mil cuatrocientos carros y doce mil caballos. Los acantonó en las ciudades con cuarteles para carros y en Jerusalén, junto a palacio. 15 Él rey consiguió que en Jerusalén la plata y el oro fueran tan corriente como las piedras, y los cedros tan numerosos como los sicómoros de la Sefela. 16 Los caballos de Salomón provenían de Egipto y Cilicio, donde los tratantes del rey los compraban al contado. 17 Cada carro importado de Egipto valía seiscientos pesos, y un caballo, ciento cincuenta. Sus intermediarios los vendían por el mismo precio a los reyes hititas y sirios. |
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.