David y todo el pueblo bailaban delante del Señor con mucho entusiasmo, acompañados por cánticos, y por cítaras, arpas, panderos, címbalos y trompetas.
Salmos 92:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 acompañados por la música del arpa, el laúd y la lira. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 En el decacordio y en el salterio, En tono suave con el arpa. Biblia Nueva Traducción Viviente al son de un instrumento de diez cuerdas, un arpa y la melodía de la lira. Biblia Católica (Latinoamericana) con liras de diez cuerdas y cítara
y un suave acompañamiento de arpa. La Biblia Textual 3a Edicion Con el decacordio y el salterio, Con el dulce tono del arpa. Biblia Serafín de Ausejo 1975 referir por la mañana tus mercedes y tu fidelidad en medio de la noche, Biblia Reina Valera Gómez (2023) en el decacordio y en el salterio, en tono suave con el arpa. |
David y todo el pueblo bailaban delante del Señor con mucho entusiasmo, acompañados por cánticos, y por cítaras, arpas, panderos, címbalos y trompetas.
El rey David había ordenado también a los principales de los levitas, que de entre sus parientes, nombraran a algunos para que entonaran cantos alegres, acompañados de arpas, liras y címbalos.
Todos los días, en la mañana y en la tarde, estaban de pie delante del Señor y cantaban dándole gracias y alabanza.
El ministerio de la música a cargo de ellos incluía el tocar los címbalos, arpas y liras, todo bajo la dirección de su padre, mientras desempeñaban su ministerio en el santuario. Asaf, Jedutún y Hemán rendían informe directamente al rey. Ellos y sus familiares estaban adiestrados para cantar alabanzas al Señor. Eran doscientos ochenta y ocho en total, siendo cada uno de ellos maestro de música.
Entraron marchando en Jerusalén, al son de arpas, liras y trompetas, y se dirigieron al templo.
Otro tercio irá al palacio real, y el último tercio estará en la puerta de abajo. Todo el pueblo permanecerá en los atrios del templo, en la forma requerida por la ley de Dios, porque solamente los sacerdotes y levitas que estén cumpliendo con sus obligaciones pueden entrar en el templo, porque están santificados.
El rey Ezequías colocó a los levitas en el templo para que se encargaran de tocar los címbalos, las arpas y las liras. Esto se hizo según las órdenes de David y de los profetas Gad y Natán (que habían recibido sus instrucciones de parte del Señor). Los levitas ocuparon sus puestos con los instrumentos musicales de David, y los sacerdotes con las trompetas.
Próxima ya la dedicación de la nueva muralla de Jerusalén, se pidió a todos los levitas de la tierra que vinieran a Jerusalén a presenciar la ceremonia y a participar en la feliz ocasión con sus acciones de gracias, acompañados de címbalos, salterios y arpas.
«¡Oh Dios, Roca mía!», clamo, «¿por qué me has abandonado? ¿Por qué tengo que sufrir estos ataques de mis enemigos?».
¡Despierta, alma mía! ¡Despierten, arpa y lira! Haré despertar con mis cantos al amanecer.
al frente, los cantores; siguen los músicos; y en medio van doncellas tocando el tamboril.
El Señor es célebre por la forma en que hace caer a los malvados en sus propios lazos.
»Después de eso llevarás a Guibeá Elohim (Monte de Dios), donde está la guarnición de los filisteos. Allí encontrarás a un grupo de profetas que descienden de la colina tocando el salterio, el pandero, la flauta y el arpa, y que profetizan mientras caminan.