Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Salmos 81:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Entonces los entregué a su ceguera y necedad, a que vivieran como mejor les pareciera.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón; Caminaron en sus propios consejos.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que dejé que siguiera sus tercos deseos y que viviera según sus propias ideas.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Los dejé, pues, que siguieran sus caprichos y caminaran según su parecer.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Los entregué, por tanto, a la obstinación de su corazón, Para que anduvieran en sus propios designios.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero mi pueblo no escuchó mi voz, Israel no quiso obedecer.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Los entregué, por tanto, a la dureza de su corazón: Caminaron en sus propios consejos.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Salmos 81:12
20 Tagairtí Cros  

Por eso el Señor dijo: «No dejaré que el ser humano viva muchísimos años, porque su maldad ha aumentado. De modo que sólo lo dejaré vivir ciento veinte años».


Esto fue porque se habían negado a obedecer al Señor su Dios y a hacer su voluntad. Al contrario, habían pasado por alto su pacto y habían desobedecido todas las leyes que les había dado por medio de Moisés, su siervo.


Pero nuestros antepasados eran porfiados y soberbios, y desobedecieron tus mandamientos.


Si tus hijos pecaron contra él y él los castigó,


El Señor le había dicho a Moisés: «El faraón no oirá, y esto me dará la oportunidad de hacer portentosos milagros para demostrar mi poder».


¡Ay de mis hijos rebeldes!, dice el Señor, ¡piden consejo de todos menos de mí, y resuelven hacer precisamente lo que yo no quiero! Hacen pactos sin mi consentimiento, y cometen pecados una y otra vez.


porque si no la escribes, dirán que nunca los previne. «¡Oh, no!», dirán, «¡jamás nos dijiste eso!», porque son rebeldes empecinados.


¿Quién permitió que a Israel se le robara y dañara? ¿No fue el Señor? Fue el Señor contra el cual pecaron, porque no quisieron ir a donde él los enviaba ni escuchar sus leyes.


Y hoy les he dicho exactamente lo que el Señor dijo, pero no quieren obedecer hoy como no quisieron obedecer en el pasado.


Pero no quisieron escuchar; siguieron haciendo lo que les daba la gana, siguiendo sus pensamientos tercos y malvados. Retrocedieron en vez de avanzar.


Pero ellos se pusieron tercos contra mí y no quisieron seguir mis órdenes. No se deshicieron de sus ídolos ni abandonaron los dioses de Egipto. Entonces pensé: “Yo descargaré mi cólera contra ellos mientras aún estén en Egipto”.


Mi Dios destruirá al pueblo de Israel, porque ellos no quieren escuchar su consejo ni seguir sus instrucciones. Ya no tendrán una patria estable, sino que andarán como vagabundos entre las naciones.


»Pero si no escuchan lo que les digo y no me obedecen,


En el pasado, Dios permitió que las naciones anduvieran en sus propios caminos,


Pero entonces Dios se apartó de ellos y los dejó entregarse a la adoración del sol, la luna y las estrellas. En el libro de los profetas el Señor pregunta: »“¿Fue a mí al que le estuviste ofreciendo sacrificios durante los cuarenta años que pasaste en el desierto, Israel?


Por eso Dios los dejó caer en toda clase de suciedades y los dejó hacer lo que les viniera en gana. Así, deshonraron sus propios cuerpos unos con otros.


Con todo, el pueblo no quiso oír la advertencia de Samuel. ―De todos modos, queremos un rey —le dijeron—.