El Señor protege a la gente sencilla; estaba yo muy débil, y él me salvó.
Salmos 16:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ¡Sálvame, oh Dios, pues acudo a tu amparo! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado. Biblia Nueva Traducción Viviente Mantenme a salvo, oh Dios, porque a ti he acudido en busca de refugio. Biblia Católica (Latinoamericana) Guárdame, oh Dios, pues me refugio en ti.
Yo le he dicho: 'Tú eres mi Señor,
no hay dicha para mí fuera de ti. La Biblia Textual 3a Edicion Mictam° de David. Guárdame, oh ’El, porque en ti me he refugiado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Miktam. De David. Guárdame, Dios, pues en ti yo me refugio, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mictam de David Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado. |
El Señor protege a la gente sencilla; estaba yo muy débil, y él me salvó.
Quienes confían en el Señor son firmes como el monte Sion, que jamás será conmovido, que permanecerá para siempre.
Pero dichosa la persona que tiene como auxilio suyo al Dios de Jacob y que tiene su esperanza en el Señor su Dios,
Mis pasos no se han desviado de tus sendas; no he dudado en seguirte.
Protégeme como lo harías con la niña de tus ojos; escóndeme bajo la sombra de tus alas.
«Este es aquel que se encomendó al Señor, ¡pues que el Señor lo salve! Si el Señor lo ama tanto, ¡que el Señor lo libere!».
¡Líbrame de ellos! ¡Salva mi vida de su poder! ¡No se diga jamás que inútilmente confié en ti!
¡Amen al Señor, ustedes los que le son fieles. El Señor protege a quienes le son leales; pero castiga duramente a cuantos lo rechazan altivos.
Porque el Señor ama la justicia y la rectitud. Nunca abandonará a su pueblo. Ellos serán eternamente guardados a salvo; pero los hijos de los que aman la maldad perecerán.
Señor, ten misericordia de mí; todo el día las tropas enemigas me presionan.
¡Oh Dios, tú nos has rechazado y has roto nuestras defensas; te has airado contra nosotros! Señor, restáuranos de nuevo en tu favor.
En tus manos me he puesto, oh Señor, Dios mío, para que me salves de mis perseguidores.
No dejes que me devoren como leones, que me despedacen y me arrastren sin nadie que me libre.
Todos los que conocen tu misericordia, Señor, contarán contigo para que los auxilies, pues jamás has abandonado a quienes en ti confían.
El Señor ama a quienes odian el mal; él protege la vida de sus fieles, y los libra de los malvados.
Él cuida el sendero de los justos y protege a aquellos que le son fieles.
Nos pareció que estábamos ya sentenciados a muerte. Pero eso sucedió para que no confiáramos en nosotros mismos sino en Dios, que puede hasta resucitar a los muertos.
Por ese motivo padezco estos sufrimientos. Mas no me avergüenzo, porque sé en quién he creído, y estoy seguro de que puede guardar lo que le he encomendado hasta el día de su retorno.