Echa fuera al insolente, y se acabarán los pleitos, la discordia y los insultos.
Salmos 15:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 que no calumnia con la lengua, que no le hace mal a su prójimo, ni le acarrea desgracia a su vecino; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 El que no calumnia con su lengua, Ni hace mal a su prójimo, Ni admite reproche alguno contra su vecino. Biblia Nueva Traducción Viviente Los que no se prestan al chisme ni le hacen daño a su vecino, ni hablan mal de sus amigos. Biblia Católica (Latinoamericana) el que no daña a su hermano
ni al prójimo molesta con agravios;' La Biblia Textual 3a Edicion El que no calumnia con su lengua, Ni hace daño a su prójimo, Ni hace agravio a su conciudadano. Biblia Serafín de Ausejo 1975 que con su lengua no calumnia, que no hace daño a su vecino ni a su prójimo calumnia; Biblia Reina Valera Gómez (2023) El que no calumnia con su lengua, ni hace mal a su prójimo, ni admite reproche contra su prójimo. |
Echa fuera al insolente, y se acabarán los pleitos, la discordia y los insultos.
Nadie puede comprender la altura del cielo o la profundidad de la tierra, ni tampoco los pensamientos del rey.
Dios bendecirá a todo el que se abstenga de practicar el mal y al que rehúse trabajar los días sábado, es decir, los días de reposo obligatorio.
»No acusen falsamente de algún delito a su prójimo, porque yo soy el Señor.
»Haz a otros todo lo que quieras que te hagan a ti. En esto se resumen las enseñanzas de la ley y de los profetas.
Hablan mal de los demás con mentiras; son enemigos de Dios, insolentes, engreídos, vanidosos; inventan nuevas formas de pecar y continuamente desobedecen a sus padres.
Nunca le paguen a nadie mal con mal. Al contrario, busquen hacerles el bien a todos.
El que ama no le hace mal a nadie y, por eso mismo, el que ama cumple perfectamente la ley.
Diles que nunca hablen mal de nadie; que busquen la paz y que sean amables y atentos con todo el mundo.
Hermanos, no hablen mal unos de otros. El que habla mal de su hermano o lo juzga, habla mal de la ley y la juzga. Y si juzgas la ley, ya no la obedeces sino que te conviertes en su juez.
Amado, no imites los malos ejemplos. Imita sólo lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; el que hace el mal no ha visto a Dios.
¿Ves lo que tengo en la mano? Es el borde de tu manto. Lo corté, pero no te quise matar. ¿No te convence esto de que no estoy tratando de causarte daño y que no he pecado contra ti, aunque tú has estado buscándome para darme muerte?