Entonces Dios el Señor formó el cuerpo del hombre del polvo de la tierra y sopló en su nariz el aliento de vida. Fue así como el hombre se convirtió en un ser vivo.
Salmos 146:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Su aliento se detiene, la vida termina, y en un instante todos sus planes se deshacen. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; En ese mismo día perecen sus pensamientos. Biblia Nueva Traducción Viviente Ellos, al dar su último suspiro, vuelven al polvo, y todos sus planes mueren con ellos. Biblia Católica (Latinoamericana) no bien se le va el alma, vuelve al polvo,
y ese día se acaban sus proyectos. La Biblia Textual 3a Edicion Sale su espíritu y vuelve al polvo; Ese día perecen sus planes. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El aliento perdido, retornan a su tierra, y en ese mismo día sus miras se malogran. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Sale su espíritu, se vuelve a la tierra; en el mismo día perecen sus pensamientos. |
Entonces Dios el Señor formó el cuerpo del hombre del polvo de la tierra y sopló en su nariz el aliento de vida. Fue así como el hombre se convirtió en un ser vivo.
Para obtener tu alimento tendrás que trabajar mucho, hasta el día de tu muerte; ese día volverás a la tierra de la cual fuiste hecho, pues eres polvo y al polvo tendrás que volver.
Porque voy a inundar la tierra con un diluvio para destruir a todos los seres vivos. Todos morirán.
»Enfermo estoy y próximo a la muerte; el sepulcro está presto a recibirme.
Mis buenos días pasaron. Mis esperanzas han desaparecido. Los anhelos de mi corazón se han deshecho.
Pero si te apartas de ellos, se aterran; si les quitas el aliento, mueren y vuelven al polvo.
Desbarata los planes de todas las naciones, y frustra todos sus proyectos.
Tú haces que el ser humano vuelva al polvo, cuando dices: «Vuelve al polvo».
y el polvo vuelva a la tierra de donde vino, y el espíritu regrese a Dios que lo dio.
Todo lo que hayan hecho en vida —amar, odiar, envidiar— es cosa remota y ellos ya en nada participan aquí en la tierra.
¡Mezquino es el ser humano! ¡Frágil como su aliento! ¡Jamás confíen en él!
De nuestro rey, el escogido del Señor, el que era para nosotros como el aire que respiramos, de quien decíamos: ¡Bajo su protección podremos resistir a cualquier nación sobre la tierra!, él también ha sido apresado.
Pues ha desafiado al Señor del cielo al traer aquí estas copas robadas de su templo; y usted, sus esposas y concubinas, y sus nobles han estado bebiendo de ellas y al mismo tiempo elogiando a dioses de plata, oro, bronce, hierro, madera y piedra, dioses que ni ven ni oyen, ni tampoco entienden algo. ¡Pero no han elogiado al Dios que les da el aliento y tiene dominio sobre sus vidas!
Sin embargo, cuando estoy entre cristianos maduros, imparto sabiduría; pero no la sabiduría de este mundo ni la de quienes lo gobiernan, que están destinados a desaparecer.